Verso

Proverbios 24:27

LBLA Ordena tus labores de fuera, y tenlas listas para ti en el campo; y después edifica tu casa.
NBLA Ordena tus labores de fuera Y tenlas listas para ti en el campo, Y después edifica tu casa.
NVI Prepara primero tus faenas de cultivo y ten listos tus campos para la siembra; después de eso, construye tu casa.
RV1960 Prepara tus labores fuera, Y disponlas en tus campos, Y después edificarás tu casa.
JBS Prepara tus labores de afuera, y disponlas en tu heredad; y después edificarás tu casa.

¿Qué significa Proverbios 24:27?

El tema general de esta lección es la importancia de priorizar las cosas que verdaderamente importan. Los intérpretes difieren acerca de las diferencias sutiles con las que se pueden aplicar estas palabras. Algunos piensan que lo que se dice aquí es que las personas deben lidiar con las labores básicas de la vida antes de preocuparse de las cosas que nos son esenciales. Otros piensan que lo que dice es que es importante desarrollar la carrera y las habilidades personales antes de formar una familia. En realidad, todo esto es compatible con la idea general que intenta comunicarnos el proverbio: es mejor planificar el trabajo y trabajar en base a lo que se ha planeado.

En el mundo antiguo, la mayoría de las personas eran agricultores. Hacer una planificación cuidadosa del trabajo era esencial para asegurarse de que hubiera alimentos y recursos disponibles en el futuro. Por eso, el hecho de dedicarle tiempo y esfuerzo a cosas que no eran importantes se veía como algo muy irresponsable si esas mismas personas no les prestaban atención a las necesidades básicas primero. Por ejemplo, sería muy imprudente construir una casa cuando todavía no se han sembrado los cultivos. Una vez se empiezan a ver los frutos de la cosecha podemos concentrarnos en cosas que sean un poco más triviales.

Sin una planificación y una preparación adecuadas, es probable que nuestros proyectos acaben fracasando. Jesús dijo que es sabio planificar cuidadosamente lo que se necesita para construir una torre antes de construirla (Lucas 14:28). Si no se planifica bien, el proyecto no podría seguir adelante y la gente ridiculizaría al constructor (Lucas 14:29–30). Por supuesto, nadie debe emprender un proyecto sin antes considerar la voluntad del Señor. El Salmo 127:1 dice: "si el Señor no edifica la casa, de nada sirve que los edificadores se esfuercen. Si el Señor no protege la ciudad, de nada sirve que los guardias la vigilen". Santiago 4:13–15 dice: "ahora escuchen con cuidado, ustedes los que dicen: «hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad, y estaremos allá un año, y haremos negocios, y ganaremos dinero. ¡Si ni siquiera saben cómo será el día de mañana! ¿Y qué es la vida de ustedes? Es como la neblina, que en un momento aparece, y luego se evapora. Lo que deben decir es: si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello".
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