Verso

Proverbios 25:17

LBLA No frecuente tu pie la casa de tu vecino, no sea que él se hastíe de ti y te aborrezca.
NBLA No frecuente tu pie la casa de tu vecino, No sea que él se hastíe de ti y te aborrezca.
NVI No frecuentes la casa de tu amigo; no sea que lo fastidies y llegue a aborrecerte.
RV1960 Detén tu pie de la casa de tu vecino, No sea que hastiado de ti te aborrezca.
JBS Detén tu pie de la casa de tu prójimo, no sea que hastiado de ti te aborrezca.

¿Qué significa Proverbios 25:17?

La lección que se compartió durante el versículo anterior nos habló sobre la importancia que tiene la moderación (Proverbios 25:16). Las cosas buenas pueden convertirse en algo malo cuando disfrutamos de ellas sin control. Aquí, Salomón (Proverbios 25:1) le aplica esta misma idea al hecho de aprovecharse indebidamente de la hospitalidad de los demás. Es importante saber distinguir la diferencia que existe entre estar agradecidos y el hecho de aprovecharnos de una persona. Estar acompañados de personas con las que nos gusta pasar tiempo es algo bueno, pero es bueno saber dónde están los límites incluso durante estas situaciones.

La cultura en la que vivía Salomón le daba mucha importancia a la hospitalidad. De hecho, se esperaba que los anfitriones fueran amables, generosos y serviciales con los visitantes. Tal y como lo señala este proverbio, eso no significa que un anfitrión siempre disfrutara a la hora de cuidar de sus anfitriones. Incluso si los invitados fueran tan dulces como la miel, nuestros vecinos pueden "hartarse" de tenernos cerca. Salomón les aconseja sabiamente a los invitados que visiten a sus vecinos con moderación.

Las Escrituras hablan de la hospitalidad con un tono muy positivo. En ocasiones, es encomiable visitar a los vecinos y otras personas. Por ejemplo, Santiago escribe: "delante de Dios, la religión pura y sin mancha consiste en ayudar a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y en mantenerse limpio de la maldad de este mundo" (Santiago 1:27). Sin embargo, la Biblia también señala que pasar demasiado tiempo en la casa de un vecino no es bueno ni para el huésped ni para el anfitrión. Pablo le hizo una advertencia a Timoteo acerca de las personas que pasaban mucho tiempo yendo de casa en casa sin hacer nada: "además, aprenden a ser ociosas y a andar de casa en casa; y no solamente se vuelven ociosas sino también chismosas y entrometidas, y hablan de lo que no deben" (1 Timoteo 5:13). En lugar de frecuentar la casa de un vecino, uno debe usar el discernimiento adecuado para saber los momentos en los que nuestros vecinos prefieren estar solos.
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