Proverbios capitulo 25
La Biblia de las Américas
2Es gloria de Dios encubrir una cosa, pero la gloria de los reyes es investigar un asunto. 3Como la altura de los cielos y la profundidad de la tierra, así es el corazón de los reyes, inescrutable. 4Quita la escoria de la plata, y saldrá un vaso para el orfebre ; 5quita al malo de delante del rey, y su trono se afianzará en la justicia. 6No hagas ostentación ante el rey, y no te pongas en el lugar de los grandes; 7porque es mejor que te digan: Sube acá, a que te humillen delante del príncipe a quien tus ojos han visto.
8No te apresures a litigar ; pues ¿qué harás al final, cuando tu prójimo te avergüence? 9Discute tu caso con tu prójimo y no descubras el secreto de otro, 10no sea que te reproche el que lo oiga y tu mala fama no se acabe.
11Como manzanas de oro en engastes de plata es la palabra dicha a su tiempo. 12Como pendiente de oro y adorno de oro fino es el sabio que reprende al oído atento. 13Como frescura de nieve en tiempo de la siega es el mensajero fiel para los que lo envían, porque refresca el alma de sus señores. 14Como las nubes y el viento sin lluvia es el hombre que se jacta falsamente de sus dones. 15Con la mucha paciencia se persuade al príncipe, y la lengua suave quebranta los huesos. 16¿Has hallado miel ? Come sólo lo que necesites, no sea que te hartes y la vomites. 17No frecuente tu pie la casa de tu vecino, no sea que él se hastíe de ti y te aborrezca. 18Como maza y espada y aguda saeta es el hombre que levanta falso testimonio contra su prójimo. 19Como diente malo y pie que resbala es la confianza en el hombre pérfido en tiempo de angustia. 20Como el que se quita la ropa en día de frío, o como el vinagre sobre la lejía, es el que canta canciones a un corazón afligido. 21Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer pan, y si tiene sed, dale de beber agua ; 22porque así amontonarás brasas sobre su cabeza, y el SEÑOR te recompensará. 23El viento del norte trae la lluvia, y la lengua murmuradora, el semblante airado. 24Mejor es vivir en un rincón del terrado que en una casa con mujer rencillosa. 25Como agua fría para el alma sedienta, así son las buenas nuevas de una tierra lejana. 26Como manantial hollado y pozo contaminado es el justo que cede ante el impío. 27No es bueno comer mucha miel, ni el buscar la propia gloria es gloria. 28Como ciudad invadida y sin murallas es el hombre que no domina su espíritu.
Nueva Biblia de las Américas
2Es gloria de Dios encubrir una cosa, Pero la gloria de los reyes es investigar un asunto. 3Como la altura de los cielos y la profundidad de la tierra, Así es el corazón de los reyes, inescrutable. 4Quita la escoria de la plata, Y saldrá un vaso para el orfebre; 5Quita al malo de delante del rey, Y su trono se afianzará en la justicia. 6No hagas ostentación ante el rey, Y no te pongas en el lugar de los grandes; 7Porque es mejor que te digan: “Sube acá,” A que te humillen delante del príncipe A quien tus ojos han visto.
8No te apresures a presentar pleito; Pues ¿qué harás al final, Cuando tu prójimo te avergüence? 9Discute tu caso con tu prójimo Y no descubras el secreto de otro, 10No sea que te reproche el que lo oiga Y tu mala fama no se acabe.
11Como manzanas de oro en engastes de plata Es la palabra dicha a su tiempo. 12Como pendiente de oro y adorno de oro fino Es el sabio que reprende al oído atento. 13Como frescura de nieve en tiempo de la siega Es el mensajero fiel para los que lo envían, Porque refresca el alma de sus señores. 14Como las nubes y el viento sin lluvia Es el hombre que se jacta falsamente de sus dones. 15Con la mucha paciencia se persuade al príncipe, Y la lengua suave quebranta los huesos. 16¿Has hallado miel? Come sólo lo que necesites, No sea que te hartes y la vomites. 17No frecuente tu pie la casa de tu vecino, No sea que él se hastíe de ti y te aborrezca. 18Como mazo y espada y flecha aguda Es el hombre que levanta falso testimonio contra su prójimo. 19Como diente malo y pie que resbala Es la confianza en el hombre engañador en tiempo de angustia. 20Como el que se quita la ropa en día de frío, o como el vinagre sobre la lejía, Es el que canta canciones a un corazón afligido. 21Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer pan, Y si tiene sed, dale a beber agua; 22Porque así amontonarás brasas sobre su cabeza, Y el SEÑOR te recompensará. 23El viento del norte trae la lluvia, Y la lengua murmuradora, el semblante lleno de ira. 24Mejor es vivir en un rincón del terrado Que en una casa con mujer rencillosa. 25Como agua fría para el alma sedienta, Así son las buenas nuevas de una tierra lejana. 26Como manantial turbio y pozo contaminado Es el justo que cede ante el impío. 27No es bueno comer mucha miel, Ni el buscar la propia gloria es gloria. 28Como ciudad invadida y sin murallas Es el hombre que no domina su espíritu.
Nueva Versión Internacional
1Estos son otros proverbios de Salomón, copiados por los escribas de Ezequías, rey de Judá. 2Gloria de Dios es ocultar un asunto, y gloria de los reyes el investigarlo.
4Quita la escoria de la plata, y de allí saldrá material para el orfebre; 5quita de la presencia del rey al malvado, y el rey afirmará su trono en la justicia.
7vale más que el rey te diga: «Sube acá», y no que te humille ante gente importante. Lo que atestigües con tus ojos 8no lo lleves de inmediato al tribunal, pues ¿qué harás si a fin de cuentas tu prójimo te pone en vergüenza?
9Defiende tu causa contra tu prójimo, pero no traiciones la confianza de nadie, 10no sea que te avergüence el que te oiga y ya no puedas quitarte la infamia.
Reina-Valera 1960
1También éstos son proverbios de Salomón, los cuales copiaron los varones de Ezequías, rey de Judá: 2Gloria de Dios es encubrir un asunto; Pero honra del rey es escudriñarlo. 3Para la altura de los cielos, y para la profundidad de la tierra, Y para el corazón de los reyes, no hay investigación. 4Quita las escorias de la plata, Y saldrá alhaja al fundidor. 5Aparta al impío de la presencia del rey, Y su trono se afirmará en justicia. 6No te alabes delante del rey, Ni estés en el lugar de los grandes; 7Porque mejor es que se te diga: Sube acá, Y no que seas humillado delante del príncipe A quien han mirado tus ojos.
8No entres apresuradamente en pleito, No sea que no sepas qué hacer al fin, Después que tu prójimo te haya avergonzado. 9Trata tu causa con tu compañero, Y no descubras el secreto a otro, 10No sea que te deshonre el que lo oyere, Y tu infamia no pueda repararse.
11Manzana de oro con figuras de plata Es la palabra dicha como conviene. 12Como zarcillo de oro y joyel de oro fino Es el que reprende al sabio que tiene oído dócil. 13Como frío de nieve en tiempo de la siega, Así es el mensajero fiel a los que lo envían, Pues al alma de su señor da refrigerio. 14Como nubes y vientos sin lluvia, Así es el hombre que se jacta de falsa liberalidad.
15Con larga paciencia se aplaca el príncipe, Y la lengua blanda quebranta los huesos. 16¿Hallaste miel? Come lo que te basta, No sea que hastiado de ella la vomites. 17Detén tu pie de la casa de tu vecino, No sea que hastiado de ti te aborrezca. 18Martillo y cuchillo y saeta aguda Es el hombre que habla contra su prójimo falso testimonio. 19Como diente roto y pie descoyuntado Es la confianza en el prevaricador en tiempo de angustia. 20El que canta canciones al corazón afligido Es como el que quita la ropa en tiempo de frío, o el que sobre el jabón echa vinagre. 21Si el que te aborrece tuviere hambre, dale de comer pan, Y si tuviere sed, dale de beber agua; 22Porque ascuas amontonarás sobre su cabeza, Y Jehová te lo pagará. 23El viento del norte ahuyenta la lluvia, Y el rostro airado la lengua detractora. 24Mejor es estar en un rincón del terrado, Que con mujer rencillosa en casa espaciosa. 25Como el agua fría al alma sedienta, Así son las buenas nuevas de lejanas tierras. 26Como fuente turbia y manantial corrompido, Es el justo que cae delante del impío. 27Comer mucha miel no es bueno, Ni el buscar la propia gloria es gloria. 28Como ciudad derribada y sin muro Es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda.
Biblia del Jubileo
1También estos son proverbios de Salomón, los cuales copiaron los varones de Ezequías, rey de Judá. 2Honra de Dios es encubrir la palabra; mas honra del rey es escudriñar la palabra. 3Para la altura de los cielos, y para la profundidad de la tierra, y para el corazón de los reyes, no hay investigación. 4Quita las escorias de la plata, y saldrá vaso al fundidor. 5Aparta al impío de la presencia del rey, y su trono se afirmará en justicia. 6No te alabes delante del rey, ni estés en el lugar de los grandes; 7porque mejor es que se te diga: Sube acá, que no que seas abajado delante del príncipe a quien han mirado tus ojos. 8No salgas a pleito presto, no sea que no sepas qué hacer al fin, después que tu prójimo te haya avergonzado. 9Trata tu causa con tu compañero, y no descubras el secreto a otro; 10para que no te deshonre el que lo oyere, y tu infamia no pueda repararse. 11Manzana de oro con figuras de plata es la palabra dicha como conviene. 12Como zarcillo de oro y joyel de oro fino, es el que reprende al sabio que tiene oído dócil. 13Como frío de nieve en tiempo de la siega, así es el mensajero fiel a los que lo envían; pues al alma de su señor da refrigerio. 14Como nubes y vientos sin lluvia, así es el hombre que se jacta en don de mentira. 15Con larga paciencia se aplaca el príncipe; y la lengua blanda quebranta los huesos. 16¿Hallaste la miel? Come lo que te basta; no sea que hastiado de ella, la vomites. 17Detén tu pie de la casa de tu prójimo, no sea que hastiado de ti te aborrezca. 18Martillo y cuchillo y saeta aguda, es el hombre que habla contra su prójimo falso testimonio. 19Diente quebrado y pie resbalador, es la confianza en el prevaricador en el tiempo de angustia. 20El que canta canciones al corazón afligido, es como el que quita la ropa en tiempo de frío, o el que sobre el jabón echa vinagre. 21Si el que te aborrece tuviere hambre, dale de comer pan; y si tuviere sed, dale de beber agua; 22porque ascuas allegas sobre su cabeza, y el SEÑOR te lo pagará. 23El viento del norte ahuyenta la lluvia, y el rostro airado la lengua detractora. 24Mejor es estar en un rincón del terrado, que con la mujer rencillosa en casa espaciosa. 25Como el agua fría al alma sedienta, así son las buenas nuevas de lejanas tierras. 26Como fuente turbia y manantial corrompido, es el justo que se inclina delante del impío. 27Comer mucha miel no es bueno; ni inquirir de su propia gloria es gloria. 28Como ciudad derribada y sin muro, es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda.