¿Qué significa Proverbios 26:17?
En realidad, no es para nada prudente involucrarse en una disputa con otra persona sin tener una buena razón para hacerlo. Salomón (Proverbios 25:1) compara aquí el hecho de dejarse llevar por el enojo en un pleito ajeno con el hecho de agarrar a un perro por las orejas. En el antiguo Israel, los perros eran carroñeros agresivos e indómitos. Por lo tanto, todo el mundo los evitaba. De la misma manera, una persona que tiene sentido común (Proverbios 1:7) no se entromete en conflictos siempre que pueda evitarlos, ya que las consecuencias pueden ser muy desagradables. Anteriormente ya se nos advirtió en en contra de testificar apresuradamente en contra de otras personas en la corte (Proverbios 25:8). Si debemos tener cuidado con nuestros asuntos personales, ¿no es cierto que también deberíamos hacerlo cuando se trata de los asuntos de los demás?Hay una expresión en español que dice así: "no empieces los problemas si no quieres que los haya". Es mejor evitar los conflictos en lugar de instigarlos. Sin embargo, la idea aquí no es que participar en las disputas de otras personas siempre esté mal. Es posible que a veces se nos pida que ayudemos en ciertas situaciones o que se nos pida testificar. Por ejemplo, si alguien está siendo maltratado está sufriendo algún tipo de abuso, no solo deberíamos ayudar, sino que estamos obligados a hacerlo. En hebreo, esta frase incluye un término que se refiere al hecho de cruzar un límite y otro que implica las ideas de la lucha y la controversia. Por tanto, las personas deben optar por no "cruzar hacia el conflicto" siempre que puedan evitarlo.
Hay otras Escrituras que señalan la importancia de la paz (Romanos 12:18; Proverbios 15:1), la imparcialidad (Santiago 2:9; Proverbios 17:26) y la justicia (Proverbios 18:5, 13, 17). Intervenir en un conflicto puede ser necesario para proteger a los más débiles e inocentes (Proverbios 22:22; 31:9), pero siempre debemos ser cautelosos acerca de cómo y cuándo lo hacemos.