¿Qué significa Proverbios 26:19?
Aquí se completa la enseñanza que comenzó en el versículo anterior (Proverbios 26:18). Salomón (Proverbios 25:1) nos describió a un demente que estaba fuera de control y estaba lanzando flechas de fuego en todas direcciones. En realidad, importa si esa persona tenía la intención de causar daño o no, ya que lo que estaba haciendo era peligroso de por sí. En la actualidad se escuchan cosas similares como: "estaba borracho… estaba enojado… no me di cuenta…" Es como si alguien se pusiera a disparar con un arma sin mirar hacia donde está disparando. Por tanto, decirle a una víctima "no te disparé a propósito" no hace nada para curarle sus heridas o incluso devolverle la vida.De la misma manera, las mentiras no se pueden excusar diciendo cosas como "no fue mi intención" o sugiriendo que fue una broma. Ya sea que alguien sea sincero o no, las palabras pueden dañar a las personas, sin importar si la falsedad es deliberada (Éxodo 20:16; 1 Timoteo 4:2), o si ha venido causada por la ira del momento (Proverbios 18:13, 17; Juan 7:24). Saber la razón por la que alguien ha mentido no quita el daño que esas palabras pueden causar. Decir que una persona no hablaba en serio no es una excusa en absoluto (Mateo 12:36–37). Cuidar nuestra manera de hablar puede ser algo extremadamente difícil de conseguir (Santiago 3:2–5), pero es una parte crucial de la madurez espiritual. También forma parte de seguir el ejemplo de Cristo (Juan 14:6), quien era la verdad y siempre hablaba la verdad (1 Pedro 2:22).