Verso

Proverbios 26:4

LBLA No respondas al necio de acuerdo con su necedad, para que no seas tú también como él.
NBLA No respondas al necio de acuerdo con su necedad, Para que no seas tú también como él.
NVI No respondas al necio según su necedad, o tú mismo pasarás por necio.
RV1960 Nunca respondas al necio de acuerdo con su necedad, Para que no seas tú también como él.
JBS Nunca respondas al loco en conformidad a su locura, para que no seas tú también como él.

¿Qué significa Proverbios 26:4?

Esta es la primera mitad de una lección que se nos comunica en dos partes (Proverbios 26:5). A saber, no es prudente imitar la actitud, los gestos o pensar como lo hacen los necios. Un proverbio inglés moderno dice algo parecido a esto: "no luches con los cerdos, porque acabarás ensuciándote mientras que el cerdo lo disfruta". En el libro de Proverbios, la "necedad" se refiere al hecho de rechazar a Dios y Sus verdades (Proverbios 1:7). Los insultos, las mentiras, los trucos, la ira, las mezquindades y ese tipo de cosas son tonterías y no deben imitarse.

Jesús contestó a muchas preguntas, algunas veces con el mismo estilo que usaban las personas que le hacían esas preguntas (Mateo 12:1–8; 19:21; Juan 3:10; 4:16). Sin embargo, Jesús no respondía a los pequeños insultos con insultos, ni a las mentiras con mentiras. Cuando sus críticos lo trataban de una manera injusta o cruel, Jesús se ponía firme con ellos (Juan 9:40–41; Mateo 22:18). Sin embargo, Jesús no usó las mismas tácticas que usaban las personas que lo atacaban, ni tampoco se molestó en responder cuando la pregunta en sí misma no era sincera. Cuando Herodes trató de obligar a Jesús a realizar un milagro, Jesús se negó a responder (Lucas 23:8–9). Herodes no necesitaba ver una señal para probar que Jesús era el Hijo de Dios, ya que su interrogatorio fue muy superficial, y además se burló de Jesús.

Los versículos 4 y 5 parecen como si fueran declaraciones contradictorias. Y, de hecho, sí es cierto que sugieren acciones opuestas. Sin embargo, el contexto de cada uno de los versículos es sutilmente diferente: uno nos habla sobre cuándo hablar y otro sobre cuándo permanecer en silencio. De hecho, es posible pensar en estos versículos como si fueran un solo proverbio. Este par de declaraciones nos proporcionan un excelente ejemplo de las Escrituras en el que se nos presenta una especie de tensión entre los dos extremos de un mismo tema. Por lo tanto, debemos tener cuidado de no pensar que existe una contradicción. Debido a que los versículos están juntos, claramente el autor tenía en mente algo.

Otra forma de distinguir los versículos 4 y 5 es darse cuenta de que hay una diferencia entre responder ante la necedad y responder desde la necedad. Por tanto, corregir algo usando la sabiduría es bueno, pero imitar lo imprudente no lo es.
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