¿Qué significa Proverbios 28:10?
La historia nos revela claramente la forma en que el pecado se propaga a través de la tentación, algo que al final hace que una cultura acabe viviendo en el caos (Proverbios 16:29; Santiago 1:13–15). Por tanto, convencer a los demás para que pequen siempre acaba mal tanto para los que convencen a los demás, como para las personas que se dejan llevar por sus mentiras (Proverbios 24:21–22; 26:27).La Biblia está llena de ejemplos de personas injustas que se dedicaron a alejar a la sociedad de Dios y la llevaron por la senda del pecado. La malvada esposa de Potifar trató de seducir a José, pero al final no lo consiguió (Génesis 39:7–10). La reina Jezabel afirmó la adoración de Baal en Israel e hizo que su esposo y su nación se apartaran de la adoración de Jehová (1 Reyes 16:30–33; 21:25). Algunos reyes malvados, tal y como es el caso de Manasés (2 Reyes 21:9–12) hicieron lo mismo. Absalón, el hijo de David, desató una sangrienta guerra civil en contra de su padre (2 Samuel 15:12–14).
El Nuevo Testamento nos hace una advertencia acerca de los falsos maestros que con sus enseñanzas alejan a los creyentes de la verdad. Pablo les hizo una advertencia a las iglesias de Galacia acerca de esos hombres. En Gálatas 1:7–8, Pablo dice: "…hay algunos que los perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, les anuncia otro evangelio diferente del que les hemos anunciado, quede bajo maldición".
Este proverbio dice que las personas que seducen los demás hacia el pecado recibirán un castigo enorme, pero Dios recompensará a los que se resisten (1 Corintios 10:13). La palabra "honrados" proviene de un término que implica a alguien que tiene una reputación moral impecable (Génesis 6:9; Salmo 15:2; Proverbios 2:21; 11:20; 28:18). En ese contexto, una persona que no tiene culpa no puede ser acusada por los demás de manera que el mundo los pueda acabar creyendo; aunque esas personas no están libres de pecado, sí sabemos que hacen todo lo posible para obedecer a Dios. Proverbios 1:10 lo dice muy claro: "hijo mío, si los pecadores quisieran engañarte, no te dejes llevar por ellos".