¿Qué significa Proverbios 28:18?
Luchar en contra del pecado y en ocasiones ceder ante la tentación no es lo mismo que vivir una vida marcada por el pecado impenitente. En realidad, ser caritativos de vez en cuando dentro de una vida que está marcada por el egoísmo no es lo mismo que vivir constantemente de una manera generosa. El término hebreo que se usa para palabras como "integridad", "irreprensible" u "honradez", se usa en la Biblia para nombrar a alguien que vive honradamente en todo momento (Génesis 6:9; Salmo 15:2; Proverbios 2:21; 28:10). Sin embargo, eso no significa que uno esté perfectamente libre de pecado, pero sí es cierto que esas personas no son "malvadas" por el hecho de pecar de vez en cuando.La frase hebrea que se traduce aquí con la frase "por mal camino" implica un par de ideas aquí: la perversidad y la duplicidad. Lo que se ha pervertido se va "por val camino" se deforma y pierde su forma y valor (Proverbios 10:9). De hecho, se dice que las personas que se dedican a engañar o a mentir a los demás son "hipócritas" (Salmo 119:113) o gente que tiene labios engañosos (Proverbios 26:24). El camino correcto es la piedad (Proverbios 1:7), todo lo demás es pecado (Proverbios 2:20).
Hay otros proverbios que también nos hablan sobre los peligros que trae el pecado (Proverbios 10:29; 12:28). En un sentido terrenal, las personas que siguen la sabiduría de Dios tienen menos probabilidades de sufrir tales consecuencias (Proverbios 8:32–36; 21:7). La idea de esta lección no es que toda persona "buena" será reivindicada en la Tierra, o que toda persona "mala" sufrirá un castigo. A veces, la vida en la Tierra es injusta (Salmo 73:2–3). Sin embargo, este proverbio se vuelve literalmente cierto en la eternidad: las personas que rechazan a Dios y Su bondad sufrirán como resultado (Salmo 1: 5–6; Apocalipsis 20: 11–15), mientras que las personas que lo amen se salvarán (Salmo 62: 7; Juan 3:36).
Los creyentes se pueden enfrentar a muchas pruebas difíciles, pero el Señor no permitirá que las personas a las que ha redimido sufran una derrota permanente (Romanos 8:28). Dios no le prometió a Su pueblo que no sufriría (Juan 16:33), sino que estaría con nosotros a través de nuestro sufrimiento (Salmo 23:4). Hebreos 13:5 nos asegura que el Señor nunca nos dejará ni nos abandonará. El apóstol Pablo escribe en Romanos 8:38–39: "por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los principados, ni las potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor que Dios nos ha mostrado en Cristo Jesús nuestro Señor".
Por el contrario, la persona que lleva una vida perversa no tiene a nadie en quien confiar cuando llegan las dificultades, y al final acabará sufriendo, tanto en esta vida como en la vida que viene (Hebreos 9:27).