¿Qué significa Proverbios 28:24?
El hecho de que un hijo les robe a sus padres es algo inmoral, y de hecho pasa más de lo que nos pensamos (Jeremías 17:9). Este proverbio parece estar haciendo hincapié en algo que es más difícil de excusar: las personas que les roban a sus padres sin pensar que están cometiendo un pecado. En el contexto antiguo del Medio Oriente, se podría asumir que lo que esos hijos les robaban a sus padres es algo que ellos mismos heredarían más tarde. Quizás esos hijos pensaban algo así como: "mis padres deberían querer que tenga esto, así que no está mal que me lo lleve". La persona que pone excusas para ocultar su pecado—especialmente el pecado que comente en contra de sus propios padres—está en el mismo nivel moral que el que roba o destruye a los demás abiertamente.El Nuevo Testamento nos da un ejemplo de esto (Marcos 7:9–13). Jesús condena a las personas que no cuidaban adecuadamente de sus padres y decían que no lo hacían porque todo lo que tenían se lo habían dedicado a Dios. Por tanto, quedarnos con cosas que legítimamente no nos pertenecen es como robarle a los demás.
Tales actitudes, como mínimo, "destruyen" la relación que los padres tienen con sus hijos (Proverbios 10:5; 19:26; 28:7), los padres pierden la confianza que tienen en sus hijos y eso enturbia su paz interior (Proverbios 28:25). La codicia motiva a los ladrones, y esas acciones arruinan el sentido de seguridad y propiedad que sus víctimas tienen sobre las cosas que por derecho les pertenecen. Tal y como lo haría un ladrón, un hijo también les puede robar a sus padres a través de su codicia. A hacerlo, transgreden el mandamiento de honrar a sus padres y además pierden la promesa que se les hace a las personas que sí lo obedecen (Éxodo 20:12).