¿Qué significa Proverbios 29:1?
Muchos dicen que este versículo es el más siniestro de la Biblia. Cuando le aplicamos esta verdad a nuestra vida terrenal, se puede ver lo horrible que suena, pero no es tan escalofriante como cuando lo entendemos a nivel espiritual (Proverbios 10:25). Las personas que se niegan a que las corrijan, incluso si se les dice muchas veces, se exponen mucho más al peligro de que les pase algo horrible (Proverbios 6:15; 8:32–36), y tener que pasar por situaciones legales o sociales horribles. De hecho, esa actitud incluso puede llegar a matarlos.Cuando se trata de Dios, algunas personas ignoran obstinadamente las muchas advertencias que les hace y el número de veces que les ofrece Su salvación (Romanos 1:18–20; Miqueas 7:18–19). Si bien Dios es misericordioso, Dios no tiene una paciencia infinita, ya que llega el momento en el que la oportunidad para arrepentirnos se va para siempre si no lo hacemos a su debido tiempo. Dios deja que los pecadores pequen, y que sus pecados dictaminen el camino de sus vidas (Romanos 1:26–28; 1 Samuel 2:25). Esas personas acaban viviendo una vida sin Dios en la Tierra y una eternidad condenados sin esperanza para siempre (Apocalipsis 20:15; Juan 3:36).
El verbo "empecinar" se refiere a una persona que es testaruda al máximo exponente. En el hebreo, el simbolismo que se usa aquí proviene del ganado, de los animales que no escuchan y obedecen a sus dueños. Durante los días de Noé, esa cultura era completamente perversa y se negaba a aceptar la bondad de Dios. Noé y su familia fueron los únicos que no perecieron durante el diluvio que Dios dejó caer sobre la Tierra (Génesis 6:5–8). Los israelitas que vagaron por el desierto durante cuarenta años también eran muy obstinados (Éxodo 33; Nehemías 9:16–18). El rey Ezequías llamó a las personas que se habían escapado de los asirios para celebrar la Pascua, y les advirtió que se volvieran al Señor y les dijo: "no sean testarudos como sus padres, sino sométanse al Señor y vengan a su santuario, que él ha santificado para siempre. Sirvan al Señor su Dios, y el ardor de su ira se apartará de ustedes" (2 Crónicas 30:8). Ezequías le recordó al pueblo de Dios que "Dios es clemente y misericordioso, y no les volverá la espalda si ustedes se vuelven a él" (2 Crónicas 30:9).
Juan el Bautista les dijo a los fariseos y a los saduceos testarudos y santurrones: "el hacha ya está lista para derribar de raíz a los árboles; por tanto, todo árbol que no dé buen fruto será cortado y echado en el fuego" (Mateo 3:10). Esteban acusó a sus asesinos diciendo "¡pero ustedes son duros de cabeza, de corazón y de oídos! ¡Siempre se oponen al Espíritu Santo! ¡Son iguales que sus padres!" (Hechos 7:51). Saulo de Tarso, también conocido como el apóstol Pablo, no tuvo problemas con la muerte de Esteban (Hechos 8:1). Sin embargo, cuando Jesús se encontró con Saulo en el camino a Damasco, este se arrepintió (Hechos 9). De hecho, se convirtió en el "apóstol de los gentiles" y escribió gran parte del Nuevo Testamento.
Empecinarse en contra de la verdad de Dios es algo peligroso y, sin embargo, Dios es inmutable y misericordioso con todos los que se vuelven a Él a través de la fe (Efesios 2:1–10; 1 Corintios 6:9–11). Aun así, el apóstol Pedro dice: "el Señor no se tarda para cumplir su promesa, como algunos piensan, sino que nos tiene paciencia y no quiere que ninguno se pierda, sino que todos se vuelvan a él. Pero el día del Señor llegará como un ladrón en la noche. Ese día los cielos desaparecerán en medio de un gran estruendo, y los elementos arderán y serán reducidos a cenizas, y la tierra y todo lo que en ella se ha hecho será quemado" (2 Pedro 3:9–10).