Proverbios capitulo 3
La Biblia de las Américas
1Hijo mío, no te olvides de mi enseñanza, y tu corazón guarde mis mandamientos, 2porque largura de días y años de vida y paz te añadirán. 3La misericordia y la verdad nunca se aparten de ti ; átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón. 4Así hallarás favor y buena estimación ante los ojos de Dios y de los hombres. 5Confía en el SEÑOR con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. 6Reconócele en todos tus caminos, y El enderezará tus sendas. 7No seas sabio a tus propios ojos, teme al SEÑOR y apártate del mal. 8Será medicina para tu cuerpo y refrigerio para tus huesos. 9Honra al SEÑOR con tus bienes y con las primicias de todos tus frutos ; 10entonces tus graneros se llenarán con abundancia y tus lagares rebosarán de mosto. 11Hijo mío, no rechaces la disciplina del SEÑOR ni aborrezcas su reprensión, 12porque el SEÑOR a quien ama reprende, como un padre al hijo en quien se deleita.
13Bienaventurado el hombre que halla sabiduría y el hombre que adquiere entendimiento; 14porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata, y sus utilidades mejor que el oro fino. 15Es más preciosa que las joyas, y nada de lo que deseas se compara con ella. 16Larga vida hay en su mano derecha, en su mano izquierda, riquezas y honra. 17Sus caminos son caminos agradables y todas sus sendas, paz. 18Es árbol de vida para los que de ella echan mano, y felices son los que la abrazan. 19Con sabiduría fundó el SEÑOR la tierra, con inteligencia estableció los cielos. 20Con su conocimiento los abismos fueron divididos y los cielos destilan rocío. 21Hijo mío, no se aparten estas cosas de tus ojos, guarda la prudencia y la discreción, 22y serán vida para tu alma, y adorno para tu cuello. 23Entonces andarás con seguridad por tu camino, y no tropezará tu pie. 24Cuando te acuestes no tendrás temor, sí, te acostarás y será dulce tu sueño. 25No temerás el pavor repentino, ni el ataque de los impíos cuando venga, 26porque el SEÑOR será tu confianza, y guardará tu pie de ser apresado.
27No niegues el bien a quien se le debe, cuando esté en tu mano el hacerlo. 28No digas a tu prójimo: Ve y vuelve, y mañana te lo daré, cuando lo tienes contigo. 29No trames el mal contra tu prójimo, mientras habite seguro a tu lado. 30No contiendas con nadie sin motivo, si no te ha hecho daño. 31No envidies al hombre violento, y no escojas ninguno de sus caminos; 32porque el hombre perverso es abominación para el SEÑOR ; pero El es amigo íntimo de los rectos. 33La maldición del SEÑOR está sobre la casa del impío, pero El bendice la morada del justo. 34Ciertamente El se burla de los burladores, pero da gracia a los afligidos. 35El sabio heredará honra, pero los necios hacen resaltar su deshonra.
Nueva Biblia de las Américas
1Hijo mío, no te olvides de mi enseñanza, Y tu corazón guarde mis mandamientos, 2Porque largura de días y años de vida Y paz te añadirán. 3La misericordia y la verdad nunca se aparten de ti; Atalas a tu cuello, Escríbelas en la tabla de tu corazón. 4Así hallarás favor y buena estimación Ante los ojos de Dios y de los hombres. 5Confía en el SEÑOR con todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propio entendimiento. 6Reconócelo en todos tus caminos, Y El enderezará tus sendas. 7No seas sabio a tus propios ojos; Teme (Reverencia) al SEÑOR y apártate del mal. 8Será medicina para tu cuerpo Y alivio para tus huesos. 9Honra al SEÑOR con tus bienes Y con las primicias de todos tus frutos; 10Entonces tus graneros se llenarán con abundancia Y tus lagares rebosarán de vino nuevo. 11Hijo mío, no rechaces la disciplina del SEÑOR Ni aborrezcas Su reprensión, 12Porque el SEÑOR ama a quien reprende, Como un padre al hijo en quien se deleita.
13Bienaventurado el hombre que halla sabiduría Y el hombre que adquiere entendimiento. 14Porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata, Y sus utilidades mejor que el oro fino. 15Es más preciosa que las joyas, Y nada de lo que deseas se compara con ella. 16Larga vida hay en su mano derecha, En su mano izquierda, riquezas y honra. 17Sus caminos son caminos agradables Y todas sus sendas, paz. 18Es árbol de vida para los que echan mano de ella, Y felices son los que la abrazan. 19Con sabiduría fundó el SEÑOR la tierra, Con inteligencia estableció los cielos. 20Con su conocimiento los abismos fueron divididos Y los cielos destilan rocío. 21Hijo mío, no se aparten estas cosas de tus ojos; Guarda la prudencia y la discreción, 22Y serán vida para tu alma Y adorno para tu cuello. 23Entonces andarás con seguridad por tu camino, Y tu pie no tropezará. 24Cuando te acuestes no tendrás temor, Sí, te acostarás y será dulce tu sueño. 25No temerás el pavor repentino, Ni el ataque de los impíos cuando venga, 26Porque el SEÑOR será tu confianza, Y guardará tu pie de ser apresado.
27No niegues el bien a quien se le debe, Cuando esté en tu mano el hacerlo. 28No digas a tu prójimo: “Ve y vuelve, Y mañana te lo daré,” Cuando lo tienes contigo. 29No trames el mal contra tu prójimo, Mientras habite seguro a tu lado. 30No pelees con nadie sin motivo, Si no te ha hecho daño. 31No envidies al hombre violento, Y no escojas ninguno de sus caminos. 32Porque el hombre perverso es abominación para el SEÑOR; Pero El es amigo íntimo de los rectos. 33La maldición del SEÑOR está sobre la casa del impío, Pero El bendice la morada del justo. 34Ciertamente El se burla de los burladores, Pero da gracia a los afligidos. 35El sabio heredará honra, Pero los necios hacen resaltar su deshonra.
Nueva Versión Internacional
1Hijo mío, no te olvides de mis enseñanzas; más bien, guarda en tu corazón mis mandamientos. 2Porque prolongarán tu vida muchos años y te traerán prosperidad. 3Que nunca te abandonen el amor y la verdad: llévalos siempre alrededor de tu cuello y escríbelos en el libro de tu corazón. 4Contarás con el favor de Dios y tendrás buena fama entre la gente. 5Confía en el SEÑOR de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. 6Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas. 7No seas sabio en tu propia opinión; más bien, teme al SEÑOR y huye del mal. 8Esto infundirá salud a tu cuerpo y fortalecerá tu ser. 9Honra al SEÑOR con tus riquezas y con los primeros frutos de tus cosechas. 10Así tus graneros se llenarán a reventar y tus bodegas rebosarán de vino nuevo. 11Hijo mío, no desprecies la disciplina del SEÑOR, ni te ofendas por sus reprensiones. 12Porque el SEÑOR disciplina a los que ama, como corrige un padre a su hijo querido.
13 Dichoso el que halla sabiduría, el que adquiere inteligencia. 14Porque ella es de más provecho que la plata y rinde más ganancias que el oro. 15Es más valiosa que las piedras preciosas: ¡ni lo más deseable se le puede comparar! 16Con la mano derecha ofrece larga vida; con la izquierda, honor y riquezas. 17Sus caminos son placenteros y en sus senderos hay paz. 18Ella es árbol de vida para quienes la abrazan; ¡dichosos los que la retienen! 19Con sabiduría afirmó el SEÑOR la tierra, con inteligencia estableció los cielos. 20Por su conocimiento se separaron las aguas, y las nubes dejaron caer su rocío.
21Hijo mío, conserva el buen juicio; no pierdas de vista la discreción. 22Te serán fuente de vida, te adornarán como un collar. 23Podrás recorrer tranquilo tu camino, y tus pies no tropezarán. 24Al acostarte, no tendrás temor alguno; te acostarás y dormirás tranquilo. 25No temerás ningún desastre repentino, ni la desgracia que sobreviene a los impíos. 26Porque el SEÑOR estará siempre a tu lado y te librará de caer en la trampa.
27No niegues un favor a quien te lo pida si en tu mano está el otorgarlo. 28Nunca digas a tu prójimo: «Vuelve más tarde; te ayudaré mañana», si hoy tienes con qué ayudarlo. 29No urdas el mal contra tu prójimo, contra el que ha puesto en ti su confianza. 30No entres en pleito con nadie que no te haya hecho ningún daño. 31No envidies a los violentos, ni optes por andar en sus caminos. 32Porque el SEÑOR aborrece al perverso, pero al íntegro le brinda su amistad. 33La maldición del SEÑOR cae sobre la casa del malvado; su bendición, sobre el hogar de los justos. 34El SEÑOR se burla de los burlones, pero muestra su favor a los humildes. 35Los sabios son dignos de honra, pero los necios solo merecen deshonra.
Reina-Valera 1960
1Hijo mío, no te olvides de mi ley, Y tu corazón guarde mis mandamientos; 2Porque largura de días y años de vida Y paz te aumentarán. 3Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad; Átalas a tu cuello, Escríbelas en la tabla de tu corazón; 4Y hallarás gracia y buena opinión Ante los ojos de Dios y de los hombres.
5Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. 6Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas. 7No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal; 8Porque será medicina a tu cuerpo, Y refrigerio para tus huesos.
9Honra a Jehová con tus bienes, Y con las primicias de todos tus frutos; 10Y serán llenos tus graneros con abundancia, Y tus lagares rebosarán de mosto.
11No menosprecies, hijo mío, el castigo de Jehová, Ni te fatigues de su corrección; 12Porque Jehová al que ama castiga, Como el padre al hijo a quien quiere.
13Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, Y que obtiene la inteligencia; 14Porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata, Y sus frutos más que el oro fino. 15Más preciosa es que las piedras preciosas; Y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella. 16Largura de días está en su mano derecha; En su izquierda, riquezas y honra. 17Sus caminos son caminos deleitosos, Y todas sus veredas paz. 18Ella es árbol de vida a los que de ella echan mano, Y bienaventurados son los que la retienen.
19Jehová con sabiduría fundó la tierra; Afirmó los cielos con inteligencia. 20Con su ciencia los abismos fueron divididos, Y destilan rocío los cielos.
21Hijo mío, no se aparten estas cosas de tus ojos; Guarda la ley y el consejo, 22Y serán vida a tu alma, Y gracia a tu cuello. 23Entonces andarás por tu camino confiadamente, Y tu pie no tropezará. 24Cuando te acuestes, no tendrás temor, Sino que te acostarás, y tu sueño será grato. 25No tendrás temor de pavor repentino, Ni de la ruina de los impíos cuando viniere, 26Porque Jehová será tu confianza, Y él preservará tu pie de quedar preso.
27No te niegues a hacer el bien a quien es debido, Cuando tuvieres poder para hacerlo. 28No digas a tu prójimo: Anda, y vuelve, Y mañana te daré, Cuando tienes contigo qué darle. 29No intentes mal contra tu prójimo Que habita confiado junto a ti. 30No tengas pleito con nadie sin razón, Si no te han hecho agravio. 31No envidies al hombre injusto, Ni escojas ninguno de sus caminos. 32Porque Jehová abomina al perverso; Mas su comunión íntima es con los justos. 33La maldición de Jehová está en la casa del impío, Pero bendecirá la morada de los justos. 34Ciertamente él escarnecerá a los escarnecedores, Y a los humildes dará gracia. 35Los sabios heredarán honra, Mas los necios llevarán ignominia.
Biblia del Jubileo
1Hijo mío, no te olvides de mi ley; y tu corazón guarde mis mandamientos; 2porque largura de días y años de vida y paz te aumentarán. 3Misericordia y verdad no te desamparen; átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón; 4y hallarás gracia y buena opinión en los ojos de Dios y de los hombres. 5Fíate del SEÑOR de todo tu corazón, y no estribes en tu propia prudencia. 6Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas. 7No seas sabio en tu propia opinión; teme al SEÑOR, y apártate del mal; 8porque será medicina a tu ombligo, y tuétano a tus huesos. 9Honra al SEÑOR de tu sustancia, y de las primicias de todos tus frutos; 10y serán llenos tus alfolíes con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto. 11No deseches, hijo mío, el castigo del SEÑOR; ni te fatigues de su corrección; 12porque el SEÑOR castiga al que ama y quiere, como el padre al hijo. 13Bienaventurado el hombre que halló la sabiduría, y que saca a luz la inteligencia; 14porque su mercadería es mejor que la mercadería de la plata, y sus frutos más que el oro fino. 15Más preciosa es que las piedras preciosas; y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella. 16Largura de días trae en su mano derecha; en su izquierda riquezas y honra. 17Sus caminos son caminos deleitosos, y todas sus veredas paz. 18Ella es árbol de vida a los que de ella echan mano; y bienaventurados son los que la mantienen. 19El SEÑOR con sabiduría fundó la tierra; afirmó los cielos con inteligencia. 20Con su ciencia se partieron los abismos, y destilan el rocío los cielos. 21Hijo mío, no se aparten de tus ojos; guarda la sabiduría y el consejo; 22y serán vida a tu alma, y gracia a tu cuello. 23Entonces andarás por tu camino confiadamente, y tu pie no tropezará. 24Cuando te acostares, no tendrás temor; antes te acostarás, y tu sueño será suave. 25No tendrás temor del pavor repentino, ni de la ruina de los impíos cuando viniere; 26porque el SEÑOR será tu confianza, y él guardará tu pie para que no seas tomado. 27No detengas el bien de sus dueños, cuando tuvieres poder para hacerlo. 28No digas a tu prójimo: Ve, y vuelve, y mañana te daré; cuando tienes contigo qué darle. 29No pienses mal contra tu prójimo, estando él confiado de ti. 30No pleitees con alguno sin razón, si él no te ha hecho agravio. 31No envidies al hombre injusto, ni escojas alguno de sus caminos. 32Porque el perverso es abominado del SEÑOR; mas su secreto es con los rectos. 33La maldición del SEÑOR está en la casa del impío; mas él bendecirá la morada de los justos. 34Ciertamente él escarnecerá a los escarnecedores, y a los humildes dará gracia. 35Los sabios heredarán la honra; mas los locos sostendrán deshonra.