¿Qué significa Proverbios 31:3?

Hay muchos proverbios que nos advierten sobre los peligros de la lujuria, el adulterio y otros tipos de distracciones (Proverbios 6:24–25, 32; 23:27; 25:28). En este pasaje, una madre (Proverbios 30:1–2) le está dando consejos a su hijo. Primero, le dice que tenga cuidado con las relaciones que tiene con las mujeres: "no entregues tu vigor a las mujeres". En este contexto, esto significa que es mejor no centrarse en los deseos carnales, y que hay que evitar que las distracciones se conviertan en la razón de ser de nuestras vidas.

De hecho, esto no es solo una simple amenaza sin fundamento, ya que la madre de Lemuel dice que esto mismo ha llegado a arruinar incluso a los reyes. La relación que David tuvo con Betsabé le provocó mucho dolor y miseria por el resto de su vida (2 Samuel 12:9–10). El matrimonio de Ajab con Jezabel (1 Reyes 16:31) incrementó la idolatría y la corrupción en Israel (1 Reyes 21:7–10). Incluso Salomón, quien escribió tanto sobre la sabiduría bíblica, acabó sufriendo mucho debido a la debilidad que sentía por las mujeres (1 Reyes 11:1–4). A lo largo de la historia humana, hay muchos ejemplos de reyes, emperadores, gobernantes y políticos que se arruinaron debido al adulterio y la "debilidad" que sentían por la sexualidad. También ha habido muchas personas que han fracasado debido a otros vicios como la codicia o el ansia de poder.

En la siguiente lección (Proverbios 31:4), la madre de Lemuel habla sobre la embriaguez. Así como la adicción al sexo hace que un líder se vuelva débil y vulnerable, la dependencia del alcohol u otras sustancias causa el mismo tipo de problemas. Ese tipo de distracciones causan que un gobernante no sea capaz de cuidar los derechos de los ciudadanos, sobre todo de las personas que son más débiles (Proverbios 31:5).