¿Qué significa Proverbios 31:9?

La madre de Lemuel (Proverbios 31:1–2) anima a su hijo a que no se olvide de los más necesitados. Hay otras lecciones del libro de Proverbios que nos indican que los gobernantes que son justos siempre se preocupan por las personas pobres y las más débiles (Proverbios 21:13; 29:7, 14). Debido a que era un rey, Lemuel no solo debía tolerar a los más débiles, sino que también debía hablar en nombre de las personas que no podían hablar por sí mismas (Proverbios 31:8) además de defender a las personas que no podían defenderse por sí mismas.

Los gobernantes y los líderes políticos que son crueles a menudo se aprovechan de las personas que tienen menos poder. Un ejemplo es lo que el malvado rey Ajab y la reina Jezabel le hicieron a Nabot (1 Reyes 21). Ajab quería la viña de Nabot, pero Nabot se negó a abandonar la tierra de su familia. Entonces, Jezabel hizo que acusaran a Nabot falsamente, lo que causó que fuera apedreado a causa de las falsas acusaciones de los testigos. Cuando mataron a Nabot, Jezabel le dijo a Ajab que se apoderara de la viña, y al final lo acabó haciendo. Todo esto enfureció al Señor, quien le ordenó a Elías que se enfrentara a Ajab y le diera este mensaje: "en el mismo lugar donde los perros lamieron la sangre de Nabot, lamerán también tu propia sangre" (1 Reyes 21:19).

Cuando Jesús regrese a la Tierra y establezca Su reino, Su juicio será justo. Isaías 11:3–4 dice de Jesús lo siguiente: "Su deleite será temer al Señor. No juzgará según las apariencias, ni dictará sentencia según los rumores. Defenderá los derechos de los pobres, y dictará sentencias justas en favor de la gente humilde del país. Su boca será la vara que hiera la tierra; sus labios serán el ventarrón que mate al impío".