Proverbios capitulo 31
La Biblia de las Américas
2¿Qué, hijo mío? ¿Qué, hijo de mis entrañas ? ¿Qué, hijo de mis votos ? 3No des tu vigor a las mujeres, ni tus caminos a lo que destruye a los reyes. 4No es para los reyes, oh Lemuel, no es para los reyes beber vino, ni para los gobernantes desear bebida fuerte; 5no sea que beban y olviden lo que se ha decretado, y perviertan los derechos de todos los afligidos. 6Dad bebida fuerte al que está pereciendo, y vino a los amargados de alma. 7Que beba y se olvide de su pobreza, y no recuerde más su aflicción. 8 Abre tu boca por los mudos, por los derechos de todos los desdichados. 9Abre tu boca, juzga con justicia, y defiende los derechos del afligido y del necesitado.
10Mujer hacendosa, ¿quién la hallará? Su valor supera en mucho al de las joyas. 11En ella confía el corazón de su marido, y no carecerá de ganancias. 12Ella le trae bien y no mal todos los días de su vida. 13Busca lana y lino, y con agrado trabaja con sus manos. 14Es como las naves de mercader, trae su alimento de lejos. 15También se levanta cuando aún es de noche, y da alimento a los de su casa, y tarea a sus doncellas. 16Evalúa un campo y lo compra; con sus ganancias planta una viña. 17Ella se ciñe de fuerza, y fortalece sus brazos. 18Nota que su ganancia es buena, no se apaga de noche su lámpara. 19Extiende sus manos a la rueca, y sus manos toman el huso. 20Extiende su mano al pobre, y alarga sus manos al necesitado. 21No tiene temor de la nieve por los de su casa, porque todos los de su casa llevan ropa escarlata. 22Se hace mantos para sí; su ropa es de lino fino y de púrpura. 23Su marido es conocido en las puertas, cuando se sienta con los ancianos de la tierra. 24Hace telas de lino y las vende, y provee cinturones a los mercaderes. 25Fuerza y dignidad son su vestidura, y sonríe al futuro. 26Abre su boca con sabiduría, y hay enseñanza de bondad en su lengua. 27Ella vigila la marcha de su casa, y no come el pan de la ociosidad. 28Sus hijos se levantan y la llaman bienaventurada, también su marido, y la alaba diciendo: 29Muchas mujeres han obrado con nobleza, pero tú las superas a todas. 30Engañosa es la gracia y vana la belleza, pero la mujer que teme al SEÑOR, ésa será alabada. 31Dadle el fruto de sus manos, y que sus obras la alaben en las puertas.
Nueva Biblia de las Américas
2¿Qué, hijo mío? ¿Y qué, hijo de mis entrañas? ¿Y qué, hijo de mis votos? 3No des tu vigor a las mujeres, Ni tus caminos a lo que destruye a los reyes. 4No es para los reyes, oh Lemuel, No es para los reyes beber vino, Ni para los gobernantes desear bebida fuerte; 5No sea que beban y olviden lo que se ha decretado, Y perviertan los derechos de todos los afligidos. 6Denle bebida fuerte al que está pereciendo, Y vino a los amargados de alma. 7Que beba y se olvide de su pobreza, Y no recuerde más su aflicción. 8 Abre tu boca por los mudos, Por los derechos de todos los desdichados. 9Abre tu boca, juzga con justicia, Y defiende los derechos del afligido y del necesitado.
10Mujer hacendosa, ¿quién la hallará? Su valor supera en mucho al de las joyas. 11En ella confía el corazón de su marido, Y no carecerá de ganancias. 12Ella le trae bien y no mal Todos los días de su vida. 13Busca lana y lino, Y con agrado trabaja con sus manos. 14Es como las naves de mercader, Trae su alimento de lejos. 15También se levanta cuando aún es de noche, Y da alimento a los de su casa Y tarea a sus doncellas. 16Evalúa un campo y lo compra; Con sus ganancias planta una viña. 17Ella se ciñe de fuerza Y fortalece sus brazos. 18Nota que su ganancia es buena, No se apaga de noche su lámpara. 19Extiende sus manos a la rueca, Y sus manos toman el huso. 20Extiende su mano al pobre, Y alarga sus manos al necesitado. 21No tiene temor de la nieve por los de su casa, Porque todos los de su casa llevan ropa escarlata. 22Se hace mantos para sí; Su ropa es de lino fino y de púrpura. 23Su marido es conocido en las puertas de la ciudad, Cuando se sienta con los ancianos de la tierra. 24Hace telas de lino y las vende, Y provee cinturones a los mercaderes. 25Fuerza y dignidad son su vestidura, Y sonríe al futuro. 26Abre su boca con sabiduría, Y hay enseñanza de bondad en su lengua. 27Ella vigila la marcha de su casa, Y no come el pan de la ociosidad. 28Sus hijos se levantan y la llaman bienaventurada, También su marido, y la alaba diciendo: 29“Muchas mujeres han obrado con nobleza, Pero tú las superas a todas.” 30Engañosa es la gracia y vana la belleza, Pero la mujer que teme al SEÑOR, ésa será alabada. 31Denle el fruto de sus manos, Y que sus obras la alaben en las puertas de la ciudad.
Nueva Versión Internacional
1Los dichos del rey Lemuel. Oráculo mediante el cual su madre lo instruyó: 2«¿Qué pasa, hijo mío? ¿Qué pasa, hijo de mis entrañas? ¿Qué pasa, fruto de mis votos al SEÑOR? 3No gastes tu vigor en las mujeres, ni tu fuerza en las que arruinan a los reyes.
4»No conviene que los reyes, oh Lemuel, no conviene que los reyes se den al vino, ni que los gobernantes se entreguen al licor, 5no sea que al beber se olviden de lo que la ley ordena y priven de sus derechos a todos los oprimidos. 6Dales licor a los que están por morir, y vino a los amargados; 7¡que beban y se olviden de su pobreza! ¡que no vuelvan a acordarse de sus penas!
8»¡Levanta la voz por los que no tienen voz! ¡Defiende los derechos de los desposeídos! 9¡Levanta la voz, y hazles justicia! ¡Defiende a los pobres y necesitados!»
10Mujer ejemplar, ¿dónde se hallará? ¡Es más valiosa que las piedras preciosas! 11Su esposo confía plenamente en ella y no necesita de ganancias mal habidas. 12Ella le es fuente de bien, no de mal, todos los días de su vida. 13Anda en busca de lana y de lino, y gustosa trabaja con sus manos. 14Es como los barcos mercantes, que traen de muy lejos su alimento. 15Se levanta de madrugada, da de comer a su familia y asigna tareas a sus criadas. 16Calcula el valor de un campo y lo compra; con sus ganancias planta un viñedo. 17Decidida se ciñe la cintura y se apresta para el trabajo. 18Se complace en la prosperidad de sus negocios, y no se apaga su lámpara en la noche. 19Con una mano sostiene el huso y con la otra tuerce el hilo. 20Tiende la mano al pobre, y con ella sostiene al necesitado. 21Si nieva, no tiene que preocuparse de su familia, pues todos están bien abrigados. 22Las colchas las cose ella misma, y se viste de púrpura y lino fino. 23Su esposo es respetado en la comunidad; ocupa un puesto entre las autoridades del lugar. 24Confecciona ropa de lino y la vende; provee cinturones a los comerciantes. 25Se reviste de fuerza y dignidad, y afronta segura el porvenir. 26Cuando habla, lo hace con sabiduría; cuando instruye, lo hace con amor. 27Está atenta a la marcha de su hogar, y el pan que come no es fruto del ocio. 28Sus hijos se levantan y la felicitan; también su esposo la alaba: 29«Muchas mujeres han realizado proezas, pero tú las superas a todas». 30Engañoso es el encanto y pasajera la belleza; la mujer que teme al SEÑOR es digna de alabanza. 31¡Sean reconocidos sus logros, y públicamente alabadas sus obras!
Reina-Valera 1960
1Palabras del rey Lemuel; la profecía con que le enseñó su madre. 2¿Qué, hijo mío? ¿y qué, hijo de mi vientre? ¿Y qué, hijo de mis deseos? 3No des a las mujeres tu fuerza, Ni tus caminos a lo que destruye a los reyes. 4No es de los reyes, oh Lemuel, no es de los reyes beber vino, Ni de los príncipes la sidra; 5No sea que bebiendo olviden la ley, Y perviertan el derecho de todos los afligidos. 6Dad la sidra al desfallecido, Y el vino a los de amargado ánimo. 7Beban, y olvídense de su necesidad, Y de su miseria no se acuerden más. 8Abre tu boca por el mudo En el juicio de todos los desvalidos. 9Abre tu boca, juzga con justicia, Y defiende la causa del pobre y del menesteroso. 10Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas. 11El corazón de su marido está en ella confiado, Y no carecerá de ganancias. 12Le da ella bien y no mal Todos los días de su vida. 13Busca lana y lino, Y con voluntad trabaja con sus manos. 14Es como nave de mercader; Trae su pan de lejos. 15Se levanta aun de noche Y da comida a su familia Y ración a sus criadas. 16Considera la heredad, y la compra, Y planta viña del fruto de sus manos. 17Ciñe de fuerza sus lomos, Y esfuerza sus brazos. 18Ve que van bien sus negocios; Su lámpara no se apaga de noche. 19Aplica su mano al huso, Y sus manos a la rueca. 20Alarga su mano al pobre, Y extiende sus manos al menesteroso. 21No tiene temor de la nieve por su familia, Porque toda su familia está vestida de ropas dobles. 22Ella se hace tapices; De lino fino y púrpura es su vestido. 23Su marido es conocido en las puertas, Cuando se sienta con los ancianos de la tierra. 24Hace telas, y vende, Y da cintas al mercader. 25Fuerza y honor son su vestidura; Y se ríe de lo por venir. 26Abre su boca con sabiduría, Y la ley de clemencia está en su lengua. 27Considera los caminos de su casa, Y no come el pan de balde. 28Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; Y su marido también la alaba: 29Muchas mujeres hicieron el bien; Mas tú sobrepasas a todas. 30Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada. 31Dadle del fruto de sus manos, Y alábenla en las puertas sus hechos.
Biblia del Jubileo
1Palabras del rey Lemuel; la profecía con que le enseñó su madre. 2¿Qué, hijo mío? ¿Y qué, hijo de mi vientre? ¿Y qué, hijo de mis deseos? 3No des a las mujeres tu fuerza ni tus caminos, que es para destruir los reyes. 4No es de los reyes, oh Lemuel, no es de los reyes beber vino, ni de los príncipes la cerveza. 5No sea que bebiendo olviden la ley, y perviertan el derecho de todos los hijos afligidos. 6Dad la cerveza al que perece, y el vino a los de amargo ánimo. 7Beban, y se olviden de su necesidad, y de su miseria no se acuerden más. 8Abre tu boca por el mudo, en el juicio de todos los hijos de muerte. 9Abre tu boca, juzga justicia, y el derecho del pobre y del menesteroso.
10Alef Mujer valiente, ¿quién la hallará? Porque su valor pasa largamente a la de piedras preciosas. 11Bet El corazón de su marido está en ella confiado, y no tendrá necesidad de despojo. 12Guímel Ella le dará bien y no mal, todos los días de su vida. 13Dálet Buscó lana y lino, y con voluntad labró con sus manos. 14He Fue como navío de mercader; trae su pan de lejos. 15Vau Se levantó aun de noche, y dio comida a su familia, y ración a sus criadas. 16Zain Consideró la heredad, y la compró; y plantó viña del fruto de sus manos. 17Het Ciñó sus lomos de fortaleza, y esforzó sus brazos. 18Tet Gustó que era buena su granjería; su candela no se apagó de noche. 19Yod Aplicó sus manos al huso, y sus manos tomaron la rueca. 20Caf Alargó su mano al pobre, y extendió sus manos al menesteroso. 21Lámed No tendrá temor de la nieve por su familia, porque toda su familia está vestida de ropas dobles. 22Mem Ella se hizo tapices; de lino fino y púrpura es su vestido. 23Nun Conocido es su marido en las puertas, cuando se sienta con los ancianos de la tierra. 24Sámec Hizo telas, y vendió; y dio cintas al mercader. 25Aín Fortaleza y gloria es su vestidura; y en el día postrero reirá. 26Pe Abrió su boca con sabiduría; y la ley de misericordia está en su lengua. 27Tsade Considera los caminos de su casa, y no come el pan de balde. 28Caf Se levantaron sus hijos, y la llamaron bienaventurada; y su marido también la alabó. 29Res Muchas mujeres hicieron el bien; mas tú las sobrepasas a todas. 30Sin Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; la mujer que teme al SEÑOR, ésa será alabada. 31Tau Dadle del fruto de sus manos, y alábenla en las puertas sus hechos.