¿Qué significa Proverbios 4:15?

La repetición se usa para enfatizar algo que es importante. En la literatura antigua, la repetición se usaba muy a menudo. Salomón le ha estado suplicando a su hijo que evite por completo "la senda de los impíos". La frase que aparece en el versículo 14 habla específicamente de las personas malvadas. De hecho, dice "la" senda de los impíos en lugar de referirse al mal en un sentido genérico. Salomón mismo tuvo que lidiar con las consecuencias de sus pecados debido a las decisiones que tomó a lo largo de su vida (1 Reyes 11:4). En este versículo nos da cuatro órdenes, pero cada una nos muestra algunas sutiles diferencias.

Primero, debemos "evitar" el mal. La mejor manera de evitar seguir el ejemplo de las personas malvadas es obedecer la Palabra de Dios, ya que siempre nos guía en la dirección correcta (2 Timoteo 3:16–17), incluso cuando el mal se disfraza de bien (2 Corintios 11:14). Deberíamos buscar activamente mantenernos alejados de las personas y los comportamientos que son depravados.

En segundo lugar, no debemos "seguir caminando por esa senda", lo cual se refiere de nuevo al camino de los impíos (Proverbios 4:14). A veces sentimos la tentación de experimentar lo que las personas impuras piensan que es atractivo, pero en realidad no nos faltará nada si hacemos lo posible para evitar caminar por la senda de los impíos. El pecado se experimenta o no se experimenta. El Salmo 16:11 nos asegura que el Señor nos da a conocer la senda de la vida, y en su presencia hay plenitud de gozo, y delicias eternas a su diestra.

Tercero, debemos "apartarnos del" camino de la gente malvada. Las tentaciones son reales, incluso si hacemos un esfuerzo por evitarlas. Cuando se nos tienta a hacer el mal, debemos volvernos al Señor para obtener gracia y fortaleza. 1 Corintios 10:13 nos asegura que el Señor encontrará una vía de escape para cualquiera de nuestras situaciones. Por tanto, nunca se nos "fuerza" a pecar, y siempre podemos tomar la decisión regresar hacia el camino correcto.

Cuarto, debemos "seguir adelante". Una herramienta poderosa para combatir el pecado es buscar a Dios y querer cumplir Su voluntad. Por tanto, no necesitamos ir en ninguna dirección aleatoria. Debemos continuar, deliberadamente, en nuestra búsqueda de Dios y Su bondad. En lugar de detenernos a mirar el mal, debemos seguir avanzando por el camino de la justicia (1 Corintios 9:24; Hebreos 12:1).