¿Qué significa Proverbios 4:27?

El capítulo 4 de Proverbios concluye haciéndonos una advertencia muy clara. Salomón quiere que su hijo no se desvíe ni a la derecha ni a la izquierda del camino que Dios le ha puesto por delante. Salomón le ordena a su hijo que se aparte del mal. De hecho, Salomón tuvo que aprender esta lección en su propia vida después de haber sufrido mucho (1 Reyes 11:4). Cuando escribió el libro de Eclesiastés, Salomón dijo que Dios está por encima de todo en nuestras vidas (Eclesiastés 12:13).

La referencia que Salomón hace sobre que no nos desviemos hacia la izquierda o hacia la derecha es más importante de lo que nos podría parecernos en un principio. Cuando nos desviamos lo más mínimo de la voluntad de Dios, acabamos sufriendo. Eso no quiere decir que tengamos que añadirle más reglas a la ley, tal y como lo hicieron los fariseos de la época de Jesús (Mateo 23:2–4; Marcos 7:8–9). Dios no nos dice, "no te desvíes del camino a menos que vayas en esta o esa dirección". Dios nos dice que nos quedemos anclados en Su sabiduría para siempre.

Sansón era nazareo, y dedicó su vida a servirle al Señor con todo lo que tenía. Debido a que era nazareo, se suponía que no debía afeitarse ni cortarse el cabello, ni beber vino o bebidas fuertes, ni comer nada inmundo (Jueces 13: 5–7). Sin embargo, cuando Sansón se hizo adulto, se acabó alejando o "desviando" de la relación que tenía con el Señor, la cual se había establecido a través del voto nazareo. Sansón se casó con mujeres paganas. Una de ella fue Dalila, quien le cortó el cabello mientras dormía en su regazo (Jueces 16:19). Como resultado, Sansón cayó presa de los filisteos, quienes lo cegaron, lo ataron, lo obligaron a moler en el molino de la prisión y se burlaron de él (Jueces 16:21–25).

Si no queremos deshonrar al Señor y deshonrarnos a nosotros mismos, debemos prestarle mucha atención al consejo que Salomón nos está dando: debemos seguir el camino de la justicia. Cuando se nos tienta a pecar, ese consejo nos ayuda a evitar el pecado y a obedecer la Palabra de Dios mientras tratamos de cumplir Su voluntad (1 Corintios 10:13).