¿Qué significa Proverbios capitulo 5?
Con bastante frecuencia, Salomón nos da consejos en Proverbios en forma de advertencias que están específicamente dirigidas a las personas que se dejan llevar por el pecado y enumeran los riesgos que vienen de ignorar la sabiduría divina. Esta sección de Proverbios se centra en el pecado del adulterio. Si bien aquí se usa el ejemplo de una mujer que está tentando a un hombre que está casado, esos principios también podemos aplicárselos a los hombres. La pureza sexual se le aplica de igual manera a ambos sexos.Este capítulo comienza con la típica súplica para que el lector o el oyente preste mucha atención a lo que se está diciendo. Este libro define la sabiduría como la capacidad de saber aplicar el conocimiento divino. La discreción también está estrechamente relacionada con esa idea. Las personas sabias saben distinguir entre lo bueno y lo malo. En español usamos los términos discreto, discriminar y discernimiento para hablar sobre esta misma idea. El consejo que Salomón nos da aquí es de vital importancia, y Salomón desea que lo sigamos lo mejor posible (Proverbios 5:1–2).
Los versículos anteriores personificaron la sabiduría como si fuera una mujer que estaba gritando en las calles (Proverbios 1:20–21). Aquí, para hacer un contraste, la tentación al adulterio se simboliza con la imagen de la mujer ajena. De hecho, es de notar que Salomón no usa ningún tipo de descripción física; las tentaciones son todas verbales o emocionales. De esta manera, este tipo de pecado y tentación se les aplica de igual manera tanto a los hombres como a las mujeres, aunque sí que es cierto que con el tiempo se ha demostrado que los hombres son más susceptibles a caer en este tipo de tentaciones sexuales. Esta "mujer ajena" promete que el adulterio nos puede parecer algo dulce, pero al final esa dulzura se acaba convirtiendo en algo amargo y dañino (Proverbios 5:3–6).
Un aspecto clave a la hora de evitar el pecado es evitar la tentación. Esa es la razón por la que Salomón nos sugiere encarecidamente que nos mantengamos alejados de las personas que nos tientan a cometer adulterio. Por tanto, debemos hacer todo lo posible para evitar las situaciones en las que sintamos que se nos puede vencer. Este pasaje también nos describe las consecuencias que se experimentan después de haber cometido adulterio: la pérdida de nuestra reputación, acortamos nuestra vida, posibles problemas legales y menos posibilidades de vivir una vida tranquila y exitosa. Peor aún, el adulterio conduce hacia un profundo sentimiento de arrepentimiento, ya que al pensar en lo que hemos hecho, nos sentimos muy tristes. Hay una razón por la cual todavía existe un profundo estigma contra las personas que engañan a sus esposas y esposos, incluso en una cultura tan promiscua como la nuestra (Proverbios 5:7–14).
Más allá de las consecuencias del adulterio, debemos centrarnos en las alegrías que se derivan de un matrimonio fiel. Uno de los grandes placeres de la monogamia es el hecho de tener la capacidad de disfrutar de la intimidad sexual sin sentir ningún tipo de culpa, vergüenza o miedo. Salomón compara esto con los momentos en los que bebemos agua de nuestro propio pozo: una fuente se agua que es segura, legítima y digna. La alternativa sería buscar agua en lugares como manantiales de agua que no están protegidos o charcos de agua que nos encontramos en mitad del camino. Dios nos ha ofrecido en el matrimonio todo lo necesario para vivir una vida digna en pareja, y el adulterio no nos ofrece nada de eso, sino justo lo contrario (Proverbios 5:15–20).
Al final de esta sección, Salomón nos recuerda que Dios sabe y ve todas las cosas. El adulterio se comete en secreto, pero los ojos del Creador omnisciente lo ven todo. Otra cosa común que a veces viene después de haber cometido adulterio es el arrepentimiento. Una vez que se ha cometido adulterio, no se puede volver atrás. Sin embargo, Dios puede, y lo hará, perdonar a las personas que de verdad desean recibir Su perdón. Sin embargo, ese perdón no cambia el pasado. El daño que les hacemos a nuestras relaciones, nuestra reputación y la salud corporal es real, y las personas que ignoran los consejos de Dios se dan cuenta de todo esto por las malas (Proverbios 5:21–23).