¿Qué significa Proverbios 6:11?

En este versículo, Salomón predice que las personas perezosas acaban siendo pobres, y eso les ocurre de manera repentina, como cuando un ladrón o un hombre armado asaltan a su víctima. La clave aquí está en el hecho de no habernos preparado: las personas que buscan salir adelante haciendo el más mínimo esfuerzo no se preparan bien para enfrentarse a los momentos más difíciles de la vida. Una persona trabajadora puede hacer todo lo posible para estar preparada para afrontar una crisis, pero una persona perezosa no puede retroceder en el tiempo y recuperar todo el tiempo que decidió perder (Proverbios 6:8). Para las personas que son perezosas y desprevenidas, la pobreza y la crisis son como la situación en la que un hombre armado le roba a una víctima desprevenida: todo ocurre de repente y sin que nadie se lo espere.

Es importante darse cuenta de que las Escrituras no condenan a las personas que quieren trabajar pero no pueden hacerlo. La Biblia tampoco dice que ser pobre sea un pecado. De hecho, hay muchas personas que trabajan muy duro y aun así siguen luchando para llegar a fin de mes. Sin embargo, es un pecado ser perezoso y negarse a trabajar sin tener una razón legítima para no hacerlo. La Biblia defiende a las personas que son pobres debido a causas que son totalmente ajenas a ellos. El Salmo 41:1 dice: "¡dichoso aquél que piensa en los pobres!" En Proverbios 28:27 se nos promete lo siguiente: "el que da al pobre, nunca a pobre llegará;

el que se niega a verlo, será maldecido". El segundo capítulo de Santiago sanciona el acto de darles dinero a los pobres solo para demostrarles a los demás que somos buenas personas.

Hubo un momento en que los creyentes de Judea lo estaban pasando muy mal a nivel económico, emocional y espiritual, y el apóstol Pablo organizó una recolecta para ayudarlos, y les dijo a las iglesias que se situaban a largo de la ruta de su viaje misionero que donaran todo lo que pudieran para ayudar a los hermanos en Cristo que vivían en Judea. Sin embargo, si una persona es pobre porque es demasiado perezosa y no quiere trabajar, entonces esa persona no se merece nuestra caridad (2 Tesalonicenses 3:10–12).