¿Qué significa Proverbios 6:15?

Salomón le asegura a su hijo que las personas que son malvadas y perversas (Proverbios 6:12–14) no pueden hacer el mal para siempre. Dios toma nota de sus malos pensamientos y acciones, y al final las acaba castigando. Este castigo o juicio es repentino y no se anda con rodeos, sino que es total e irreversible. De hecho, todas las personas que rechacen a Dios en esta vida experimentarán un estado de destrucción eterna durante la próxima (Apocalipsis 22:14–15). Incluso en esta vida, los pecados, tales como el engaño, causan que las personas se expongan al dolor y al sufrimiento mucho más que las personas que hacen todo lo posible para alejarse de ellos.

Cuando Pablo dice que Alejandro, el calderero, le causó muchos problemas, también dice: "que el Señor le pague conforme a sus hechos" (2 Timoteo 4:14). Durante la peregrinación de Israel por el desierto, Coré encabezó una rebelión en contra de Moisés y Aarón. Para ello, reunió a muchos israelitas para que se enfrentaran a Moisés y Aarón, pero su intento de sembrar discordia y deponer a Moisés y Aarón despertó la ira del Señor. Dios le dijo a Moisés y Aarón: "apártense de esta congregación, que ahora mismo voy a consumirlos!" (Números 16:21). Al poco tiempo, la tierra se abrió y se tragó a esos rebeldes, sus casas, todo el pueblo que pertenecía a Coré y todos sus bienes (Números 16:32). Por lo tanto, descendieron vivos al Seol y la tierra se cerró sobre ellos (Números 16:33). Las personas que causan problemas entre el pueblo de Dios están destinadas a su sufrir un juicio de Dios; un juicio que será verdaderamente horrible.