¿Qué significa Proverbios 6:23?

Salomón enfatiza en este pasaje que la Palabra de Dios es una guía perfecta (Salmo 119:105) que actúa como una lámpara y nos muestra por dónde pisar. Además, nos sirve como una luz para iluminar el camino, para que el creyente obediente vea lo que está por venir. La cosmovisión hebrea asociaba el concepto de la luz con la verdad, la bondad y el conocimiento. La luz nos ayuda a ver las cosas de una manera mucho más clara, segura y abierta.

Cuando leemos y le prestamos atención a la Palabra de Dios, los creyentes podemos discernir lo que nos rodea y lo que se cierne ante nosotros. El incrédulo vive constantemente dentro de un estado de tinieblas espirituales, pero el creyente tiene la capacidad de interpretar mejor su entorno (1 Corintios 2:14–16). Además, los creyentes pueden confiar en Dios mientas miran con esperanza al futuro. Saber que Dios tiene el control de todo, tanto del presente como del futuro, hace que los creyentes puedan disfrutar de un estado de paz y tranquilidad mucho mayor.

Al mismo tiempo, la Palabra de Dios disciplina a los creyentes. Si un creyente se desvía del camino correcto, el Espíritu Santo usa la Palabra para convencerlo, y nos dice cuándo nos estamos equivocando. Las Escrituras nos aseguran que en ocasiones experimentamos la disciplina de Dios por nuestro propio bien (Hebreos 12:5–6). Los reproches y la disciplina no son agradables, pero nos sirven para saber que Dios nos ama y se preocupa por nosotros y nuestro futuro (Hebreos 12:7–11).

Durante estos últimos versículos, se ha enfatizado mucho la importancia de escuchar los consejos de nuestros padres. El tema específico que Salomón tiene en mente al nombrar todo esto es el adulterio (Proverbios 6:24).