¿Qué significa Proverbios 6:31?
Hay muchas culturas que suelen ser muy duras con los ladrones para desanimarlos y convencerlos de que no sigan robando. La gente se piensa dos veces si deberían robar o no hacerlo cuando se exponen a perder mucho más de lo que intentan ganarse robándoles a los demás. Incluso aunque un ladrón tenga motivaciones nobles para robar, como por ejemplo el hecho de robar pan para no morirse de hambre, un robo sigue siendo un robo. En el caso del ladrón que roba para saciar su hambre y al final lo atrapan, esa persona debe devolver lo que ha robado: "debe pagar siete veces", dice Salomón. Sin embargo, cuando alguien está verdaderamente desesperado, esa misma justicia puede traer consigo un cierto nivel de misericordia (Juan 7:24; Mateo 18:23–27).El libro y las versiones musicales teatrales de Les Misérables giran en gran medida en torno a esta misma idea. El personaje principal es un niño hambriento que roba un trozo de pan para comer y termina sufriendo diecinueve años de trabajo en prisión, además del estigma social que viene por el hecho de haber estado en prisión durante tanto tiempo. La falta de perspectiva de las autoridades, y su falta de empatía son clave para impulsar el resto de la historia y cómo se acaba desenvolviendo.
En este contexto, Salomón simplemente está diciendo que incluso los crímenes que se llevan a cabo debido a que estamos desesperados traen sus propias consecuencias (Proverbios 6:30). Por lo general, la sociedad no odia ni persigue a los ladrones que roban porque no tienen nada para comer, pero tampoco tolera el robo en sí mismo. Por otro lado, un adúltero no tiene espacio para poner ningún tipo de excusa, ya que los adúlteros no hacen lo que hacen por necesidad, sino simplemente por lujuria. Hay personas que se apiadan de los ladrones cuando no tienen nada para comer, pero prácticamente no tienen compasión las personas que destruyen matrimonios simplemente debido a su lujuria.
Cuando capturaban a un ladrón durante los días de Salomón, y dependiendo de la naturaleza del crimen, a veces se le pedía al ladrón que vendiera todo lo que tenía para pagar por su pecado. Sin embargo, el costo del adulterio es aún mayor. El adulterio es tan dañino (o incluso peor) para la sociedad que el robo. Esta idea aparece en la ley del Antiguo Testamento. Según Levítico 20:10, el adulterio se castigaba con la muerte en la nación de Israel. En Juan 8, podemos leer acerca de una mujer que fue sorprendida cometiendo el acto de adulterio. Sus acusadores, los escribas y los fariseos, apelaron a la ley de Moisés, la cual ordenaba que se le diera muerte a esa mujer, e incluso estaban dispuestos a lapidarla hasta la muerte. Sin embargo, Jesús la perdonó y le ordenó que se fuera y no pecara más (Juan 8:1–11).