¿Qué significa Proverbios 8:20?

En esta sección, la sabiduría nos está hablando como si fuera una mujer que está clamando para darse a conocer entre la humanidad (Proverbios 8:1–4). La palabra "caminar" transmite un sentido de consistencia y hábito. De hecho, simplemente tropezar con la verdad por accidente no es lo mismo que cuando una persona se compromete a seguir la verdad allá por donde va (Proverbios 3:21–24). Dado el valor intrínseco de la sabiduría divina (Proverbios 8:18–19), vale la pena esforzarse para alcanzarla y guardarla (Proverbios 8:17).

Cuando el Señor Jesús ministró en la Tierra, se comportó consistentemente de una manera recta y justa. Jesús siempre hizo lo que era justo y correcto con las personas que necesitaban Su ayuda. Su justicia iba más allá de la incriminación. De hecho, su reputación era tan íntegra que podía desafiar audazmente a sus enemigos preguntándoles cosas como: ¿quién de ustedes puede acusarme de haber pecado?" (Juan 8:46). El apóstol Pablo testificó que Jesús nunca pecó (2 Corintios 5:21), y el apóstol Pedro dijo que la sangre de Jesús estaba "sin mancha y sin contaminación, como la de un cordero," (1 Pedro 1:19). Pedro también dijo claramente: "Cristo no cometió ningún pecado, ni hubo engaño en su boca" (1 Pedro 2:22).

Si bien alcanzar la perfección absoluta es imposible para nosotros, todos los que creen en Jesús reciben una justicia posicional: somos justificados ante Su presencia (2 Corintios 5:21). Además, nuestra justicia es una justicia práctica. 1 Pedro 2:24 dice: "Él mismo llevó en su cuerpo nuestros pecados al madero, para que nosotros, muertos ya al pecado, vivamos para la justicia. Por sus heridas fueron ustedes sanados".