¿Qué significa Proverbios 8:32?

Tal y como lo hizo al principio del capítulo (Proverbios 8:1–4), al final del capítulo la sabiduría les vuelve a pedir a los hijos de Salomón que la escuchen y que anden por sus caminos. Esta personificación de la sabiduría como mujer se hace eco de las primeras secciones del libro de Proverbios (Proverbios 1:20–21). Esta representación de la sabiduría en forma de mujer contrasta fuertemente con la mujer promiscua y tentadora que aparece en el capítulo 7 (Proverbios 7:10–15).

La Palabra de Dios imparte sabiduría, y el Hijo de Dios imparte sabiduría. Sin embargo, para que una persona reciba sabiduría debe escuchar y obedecer. Jesús comparó a las personas que escuchan Sus palabras y las obedecen con un hombre sabio que edificó su casa con cimientos de roca. La casa pudo soportar las lluvias torrenciales y las inundaciones (Mateo 7:24–25). Por el contrario, las personas que oyen Sus palabras, pero no las obedecen, son como el hombre necio que edificó su casa sobre la arena. La casa se acabó derrumbando cuando llegaron las lluvias torrenciales y las inundaciones (Mateo 7:26–27). La vida está llena de pruebas y desafíos, y nadie se libra de ellos. Sin embargo, las personas que confían y obedecen al Señor se enfrentan a esas pruebas y desafíos con más sabiduría, calma y alegría; de hecho, es su fe inquebrantable lo que demuestra su validez (1 Pedro 1:6–7), pero las personas que no confían ni obedecen a Dios se quedan estancadas. Al igual que el constructor necio al que se refirió Jesús, sus vidas se acaban desmoronando.