Verso

Proverbios 8:34

LBLA Bienaventurado el hombre que me escucha, velando a mis puertas día a día, aguardando en los postes de mi entrada.
NBLA Bienaventurado el hombre que me escucha, Velando a mis puertas día a día, Aguardando en los postes de mi entrada.
NVI Dichosos los que me escuchan y a mis puertas están atentos cada día, esperando a la entrada de mi casa.
RV1960 Bienaventurado el hombre que me escucha, Velando a mis puertas cada día, Aguardando a los postes de mis puertas.
JBS Bienaventurado el hombre que me oye, trasnochando a mis puertas cada día, guardando los umbrales de mis entradas.

¿Qué significa Proverbios 8:34?

Salomón ha personificado a la sabiduría como si fuera una mujer que está llamando a todas las personas que quieren escucharla (8:1–4) y ha enfatizado que lo que ella enseña tiene mucho valor (Proverbios 8:10–11)

Aquí, de nuevo, se hace hincapié en que las personas que se someten a la sabiduría divina son bendecidas. Esas personas se asemejan a los estudiantes que esperan a que se abran las puertas de su escuela o alguien que está esperando en su puerta hasta que llega una persona a la que está esperando o un mensaje importante que están esperando recibir.

Los proverbios, bíblicos o de otro tipo, deben entenderse como observaciones generales o declaraciones que proceden de nuestro sentido común. Está claro que seguir los pasos de la sabiduría no nos garantiza absolutamente una vida libre de dificultades o sufrimiento (Juan 16:33). Sin embargo, también debe quedarnos claro que las personas que se aferran a la verdad se exponen al sufrimiento mucho menos que las personas que deciden no hacerlo. En ese sentido, la sabiduría sí que puede "hablar" de los propios beneficios que traen las lecciones que trata de enseñarnos.

Ser "bendecido" significa ser feliz. Las personas buscan la felicidad de muchas maneras. Algunas personas buscan la felicidad a través de las relaciones personales. Otras esperan encontrar la felicidad en el dinero o el éxito. Otras la buscan en la popularidad o la fama. Algunos piensan que pueden encontrar la felicidad en el placer ilícito. Sin embargo, la felicidad que es verdadera y duradera se encuentra solo en Jesús. Jesús dijo que las personas que guardan sus mandamientos experimentan Su gozo (Juan 15:10–11). El apóstol Pablo les aconsejó a los filipenses que se regocijaran siempre en el Señor (Filipenses 4:4). Su carta a los filipenses rebosa de alegría a pesar de que estaba bajo arresto domiciliario. Nuestro gozo en Cristo es indestructible y duradero porque Jesús, la fuente desde donde proviene, es indestructible y eterno.
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