¿Qué significa Proverbios 8:5?

La sabiduría, la cual se representa aquí poéticamente como si fuera una mujer que está llamando a toda la humanidad en este pasaje (Proverbios 8:1–4), quiere que los seres humanos aprendan, que no sean perezosos o complacientes con lo que ya saben. La palabra traducida "ingenuo" proviene de la raíz pe'ti, la cual implica a alguien joven, crédulo y que es fácil de manipular. Asimismo, la palabra "prudencia" proviene de la raíz del término 'ormah, que esencialmente significa lo contrario: tener sentido común, sabiduría, astucia, etc. A pesar de lo que dicen algunos críticos, las Escrituras no quieren que creamos en Dios ciegamente y sin argumentos. Más bien, tal y como se muestra aquí, las Escrituras nos animan a que sigamos con sensatez lo que se puede ver claramente (Salmo 19:1; Romanos 1:18–20) hasta que podamos hacer una conclusión razonable al respecto. En este contexto, el aspecto más importante de la prudencia es tener valores morales bien definidos. La mujer adúltera causó que su presa, la persona con la que acabó cometiendo adulterio, abandonará su sentido moral completamente (Proverbios 7:18–19); la sabiduría nos llama a hacer todo lo contrario.

Cuando Jesús ministró en la Tierra, les pidió a los pecadores que se arrepintieran y les dio poder para que abandonaran sus estilos de vida malvados. Jesús le dijo a la mujer que había sido sorprendida cometiendo adulterio: "tampoco yo te condeno. Vete, y no peques más" (Juan 8:11). Cuando Zaqueo puso su confianza en Cristo, estaba preparado para comenzar su propio proceso de restauración en Cristo, y dijo: "Señor, voy a dar ahora mismo la mitad de mis bienes a los pobres. Y si en algo he defraudado a alguien, le devolveré cuatro veces más lo defraudado" (Lucas 19:8). Incluso las personas más necias han recibido la invitación para crecer en conocimiento y sabiduría. Es una tontería no creer en Dios y continuar viviendo en el pecado, pero cuando un necio responde a la invitación de Jesús para recibir la salvación, su vida comienza a tener más sentido. El cristianismo les permite a los pecadores que han recibido la salvación ver la vida con más claridad y vivir con rectitud (1 Corintios 2:14).