¿Qué significa Romanos 1:29?
En este pasaje, Pablo ha señalado cómo la humanidad no tiene excusas para rechazar a Dios. Dios se ha manifestado de manera obvia, a través de la creación misma, y por eso debemos buscarlo (Romanos 1:18–20). Aquellos que distorsionan sus mentes para ignorar esa evidencia simplemente se vuelven más y más necios (Romanos 1:21–22). Esto conduce a la idolatría generalizada (Romanos 1:23) y luego hacia la ira de Dios. En particular, esta ira se expresa cuando Dios se hace a un lado y nos deja sufrir las consecuencias naturales de nuestro pecado. Esto comienza con la tentación más común de la humanidad: la sexualidad (Romanos 1:24–28).Ahora Pablo comienza a enumerar otras formas en las que la humanidad expresa su rebelión contra Dios. Dios, por Su parte, ha respondido al hecho de que lo rechazamos, y nos ha entregado a todos estos pecados; por lo tanto, experimentamos las consecuencias naturales y dolorosas de vivir fuera de Su dirección y guía. En ese sentido, estos pecados no son diferentes a los que se mencionaron anteriormente.
Los seres humanos que rechazan a Dios se llenan de todo tipo de injusticia, maldad, codicia y malicia. Nuestro deseo de hacer el mal para conseguir lo que queremos se descontrola cada más. Estamos totalmente dispuestos a herir a otros para obtener lo que queremos, lo que nos lleva a estar llenos de envidia, asesinato, contienda, engaño y malicia. También chismeamos libremente, una acción que la Biblia siempre considera un gran mal.
¿Significa esto que toda persona no cristiana hace habitualmente todas y cada una de estas cosas? Claramente no. Sin embargo, la humanidad en su conjunto es ciertamente culpable de todas estas cosas y mucho más, debido al pecado que hay en cada uno de nosotros individualmente.