¿Qué significa Romanos 1:31?
La larga "lista de vicios" de Pablo concluye con este versículo.Pablo ha recopilado ejemplos de los pecados que cometen aquellos que rechazan a Dios con la mente y luego con las palabras y las acciones. Dentro de algunos de los pecados de esta lista se nos muestran las consecuencias naturalmente dolorosas que vienen de vivir una vida alejada de Dios y en rebelión (Romanos 1:29–31). Todo esto viene provocado por rechazar a Dios como el creador de todas las cosas (Romanos 1:18–20) y distorsionar nuestra mente para rechazar la verdad (Romanos 1:21–24).
Pablo concluye la lista con cuatro elementos que comienzan con la letra "a" en griego, lo cual hace culminar su explicación con una floritura literaria. En griego, la letra "a" sirve para negar algo como un prefijo, al igual que en español. Pablo describe el alma humana que rechaza a Dios como asynetous, asynthetous, astorgus, anel󠄓eēmonas, lo que se podría parafrasear como "sin sentido, sin fe, sin amor, sin piedad".
Primero, las personas que rechazan a Dios se degradan en sus mentes (Romanos 1:28) y por eso viven en locura o sin entendimiento, y no tienen ninguna esperanza de llegar a las conclusiones correctas acerca de la vida porque han rechazado a Dios como fuente de vida y dador de sabiduría.
En segundo lugar, los humanos impíos somos infieles. La palabra griega asyunthetous se refiere a alguien que se niega a cumplir una promesa, alguien que no mantiene su palabra: literalmente, "alguien que quebranta un pacto".
En tercer lugar, la humanidad, desprovista de la presencia de Dios, está desalmada y no tiene afecto: perdemos la capacidad de amarnos los unos a los otros incluso al nivel más básico cuando nos negamos a reconocer o amar a Dios.
Finalmente, somos despiadados. Sin tener un ejemplo a seguir, en este caso Dios, no nos conmueve el sufrimiento de los demás, ni tampoco el sufrimiento que nosotros mismos les causamos a otras personas.