¿Qué significa Romanos capitulo 15?
Romanos 15 continúa los pensamientos de Pablo sobre aquellos que son fuertes y débiles en la fe, y aquí termina con la primera de las que parecen ser varias conclusiones sobre las que ha estado hablando a lo largo de esta carta.Pablo concluye el tema sobre cómo deben vivir los cristianos que tienen una fe más fuerte en Cristo en relación con los más débiles. Sabemos que en Romanos 14 Pablo equipara el hecho de tener una fe fuerte con el hecho de tener un sentido de libertad que les permita a los cristianos participar en cosas que antes estaban prohibidas por la ley de Moisés o la tradición judía. Ahora, sin embargo, Pablo insiste en que aquellos que tienen una fe fuerte deben confiar en Dios lo suficiente como para agradar a los demás por encima de agradarse a ellos mismos. Después de todo, nuestro ejemplo es Cristo, que no vino a la tierra para agradarse a sí mismo ni para exigir Sus derechos. De hecho, Cristo hizo todo lo contrario. En lugar de entrar en conflicto por cuestiones de práctica, todos los cristianos deberían tener como meta vivir juntos en armonía y unidad, glorificando a Dios con una sola voz. ¿Cómo nos recibió Cristo? Debemos hacer lo mismo los unos por los otros (Romanos 15:1–7).
Cristo vivió como siervo de los judíos y cumpliendo todas las promesas que Dios les había hecho. Entre esas promesas y profecías, uno de los planes de Dios era incluir a los gentiles en Su familia y que las naciones gentiles también acabaran adorándolo (Romanos 15:8–12).
Después de hacer una oración en forma de bendición por los cristianos en Roma, Pablo les asegura que está satisfecho con su fe y sus prácticas. Pablo les ha escrito con valentía acerca de algunas cosas, pero sabe que ellos están llenos de bondad y conocimiento, y que pueden enseñarse mutuamente. Pablo hace ahora una transición hacia otro tema: una discusión sobre su propósito en el ministerio. Dios le había encomendado a Pablo la misión de llevarles el evangelio a los gentiles, el pueblo no judío, y convertirlos en una ofrenda aceptable y santificada por el Espíritu Santo; esta es la razón por la que se ha atrevido a instruirlos a lo largo de su carta (Romanos 15:13–16).
Pablo se declara orgulloso del trabajo que ha realizado, pero inmediatamente insiste en que Cristo es el que lo ha logrado todo. Cristo lo hizo a través de Pablo usando el poder de señales milagrosas y el poder del Espíritu Santo. Pablo sabe que ese no fue su propio poder en acción. Aún así, Pablo ha cumplido la misión que Cristo le ordenó cumplir, y extendió el mensaje de las buenas nuevas de salvación por medio de la fe en Cristo hasta lugares donde ese mensaje nunca antes se había escuchado. Esa misión lo ha llevado por muchas regiones, y ahora Pablo sabe que ya no hay ningún lugar cerca de su región donde el evangelio no haya sido proclamado (Romanos 15:17–21).
Pablo vuelve a hablar sobre los planes que tenía para visitar Roma: Pablo anhelaba ir a visitar a los cristianos que vivían allí mientras iba de camino a España para predicar el evangelio allí. Pablo siente que ese era el momento adecuado para hacerlo, ya que el evangelio se había extendido por todas las regiones más cercanas de Jerusalén. Pablo quiere ir a Roma para disfrutar de su compañía y recibir su ayuda para financiar su trabajo en España (Romanos 15:22–29).
Sin embargo, antes de que pudiera visitarlos, Pablo debe hacer un viaje bastante peligroso: Pablo tenía que llevar algo de dinero que los cristianos gentiles habían recaudado para ayudar a los cristianos judíos pobres de Jerusalén, y les pide a sus lectores que oren urgentemente con él para que los líderes religiosos judíos incrédulos que deseaban matarlo no lo atosigaran y para que los cristianos judíos pudieran recibir el regalo de sus hermanos gentiles en Cristo. Finalmente, les pide que oren para que, una vez hecho esto, pueda ir a visitarlos en Roma (Romanos 15:30–33).