¿Qué significa Romanos 2:24?
Pablo cita Isaías 52:5 para enfatizar que los que están bajo la ley "deshonran a Dios infringiendo la ley" (Romanos 2:23). En el tiempo de Isaías, otras naciones se burlaron del nombre —la reputación— del Dios de Israel porque Su pueblo estaba siendo oprimido. Por el contrario, Pablo ahora dice que Dios es deshonrado por las propias acciones de Israel. Al quebrantar la ley de Moisés, le dan a Dios un mal nombre entre los gentiles. Al ver que el pueblo judío transgrede su propia ley, la cual Dios les había dado, mientras que al mismo tiempo menosprecia a los demás, los gentiles responden blasfemando sobre el Dios de Israel.Esto resalta un punto importante que se aplica a los creyentes de Cristo en la actualidad. Cuando los que dicen ser cristianos no se comportan como Cristo, esto acaba deshonrando a Dios. Cuando los no creyentes ven esos pecados, acaban culpando a la fe misma por esas personas. Tal y como Pablo lo dejó claro anteriormente en esta carta, esa no es una excusa válida para rechazar la verdad (Romanos 1:18–20). Sin embargo, aquellos que clamamos el nombre de Dios debemos tener mucho cuidado con el tipo de reputación que creamos en este mundo.
Lo que Pablo está diciendo es que nadie puede guardar la ley de Moisés a la perfección (Romanos 3:10). Todos la desobedecen de alguna manera y en algún lugar, algo que finalmente acaba deshonrando a Dios. Todos merecen el juicio de Dios como resultado de su pecado. La ley solo ayuda a revelar el pecado, por lo que la salvación debe provenir de otra fuente. Esa fuente es la fe en Cristo (Romanos 3:22–25).
Romanos 2:12–29 describe dos grupos de personas, enfatizando cómo su pecado se relaciona con el conocimiento que pudieran tener acerca de la Ley escrita que Dios le había dado a la nación de Israel. Aquí, la palabra "gentiles" se refiere a los que pecan sin la ley, mientras que "judíos" se refiere a los que pecan bajo la ley. Pablo muestra cómo, en ambos casos, Dios juzgará a las personas basándose en si obedecieron la ley y si fueron circuncidados en sus corazones. Incluso los gentiles que siguen la ley con sinceridad serían considerados por Dios como verdaderamente judíos. Mientras tanto, Dios descartará el judaísmo y la circuncisión de alguien que infringe la ley y no tiene un corazón sincero. Pablo mostrará en el siguiente capítulo que, en verdad, nadie puede obedecer la ley.
Romanos 2 tiende una trampa a cualquier persona religiosa que lea la lista de pecados de Pablo al final de Romanos 1 y piense que no se trata de él o ella misma. Pablo les llama la atención por haberse considerado jueces cuando también ellos mismos son culpables. Pablo muestra que Dios juzgará a todo el mundo, incluidos a los que están bajo la ley, en función de sus obras. Esto es un prefacio del tema de la salvación a través de la gracia, por medio de la fe, en lugar de ser salvo a través de las obras solamente. Seguir la ley tiene beneficios, pero solo si quienes están bajo la ley la cumplen en su totalidad. El judaísmo, la circuncisión, debe ser un estado interno, no solo un estado externo. Pablo mostrará en el siguiente capítulo que ninguno de nosotros realmente cumple con esas condiciones.