¿Qué significa Romanos 2:25?
Pablo ha pasado los últimos versículos insistiendo en el hecho de que tener conocimiento de la ley de Dios no es suficiente para evitar que una persona sea juzgada por Dios por su pecado. Específicamente, se refiere a los judíos devotos de su época, pero el principio debe aplicársele a cualquiera. En lugar de simplemente afirmar ser alguien a quien se le ha "dado" la ley, quienes están sujetos a la ley deben cumplirla, deben obedecerla perfectamente para ser verdaderamente salvos de la ira de Dios.Ahora Pablo responde a la siguiente objeción lógica, proveniente de una mentalidad judía: ¿qué pasa con la circuncisión? La circuncisión, en obediencia al mandato de Dios para Abrahán y sus descendientes (Génesis 17: 9–10), aseguraba que los israelitas fueran identificados como el pueblo de Dios, los judíos. Aparentemente, muchos judíos creían que los circuncidados eran salvos por definición, y no serían juzgados por Dios incluso si violaran su ley. El ritual de la circuncisión, para ellos, era suficiente para establecer su salvación.
Pablo discute esa idea, pero no descarta la circuncisión en sí; reconoce que la circuncisión es importante para los israelitas; es un acto de obediencia en sí mismo. Sin embargo, todo el sentido de la circuncisión se pierde si una persona judía bajo la ley viola la ley de Dios. En otras palabras, una persona circuncidada y otra que no lo está son iguales ante el pecado.
Estas palabras habrían sido un "shock" para los judíos religiosos que creían que se habían salvado mediante la circuncisión y pertenecían al pueblo elegido de Dios, ya que deberían desafiar la actitud de cualquiera que pensara que los rituales, ceremonias u otros sacramentos religiosos podían limpiar la mancha del pecado.