¿Qué significa Romanos 2:4?
Este versículo contiene una enseñanza crucial sobre la bondad de Dios. Pablo se dirige a cualquiera que no se crea culpable de los tipos de pecado que se describieron en Romanos 1, lo que los lleva a juzgar a otros. Pablo ha declarado enfáticamente en el versículo anterior que estas personas, en realidad todas las personas, merecemos el juicio de Dios por nuestros pecados.¿Quién podría llegar a pensar que sería excluido del juicio de Dios por el pecado? Algunos gentiles —personas no judías— de la época de Pablo seguían una filosofía moral. Sin embargo, Pablo probablemente tenía en mente a los judíos religiosos que asumieron que la relación especial que habían tenido con Dios los salvaría del juicio de Dios sobre sus pecados. Esto les permitió juzgar a los "gentiles pecadores" y ser complacientes con sus propios pecados.
Pablo ahora declara que ésta es una actitud presuntuosa. Estos pecadores farisaicos están presumiendo o mostrando desprecio por las riquezas de la bondad, la tolerancia y la paciencia de Dios. Conscientes de la inmensa bondad de Dios, creen que Dios nunca juzgará su pecado, aunque Dios juzgue los pecados de los demás. En el siguiente versículo, Pablo describirá cuán equivocado y peligroso es ignorar las advertencias misericordiosas de Dios. Por ahora, sin embargo, dice algo fascinante: la bondad de Dios está destinada a llevar a los pecadores, a todos nosotros, hacia el arrepentimiento.
A veces escuchamos la frase "no confundas mi bondad con debilidad", y lo mismo ocurre con Dios. Su misericordia al tratar con la humanidad no es un signo de indiferencia o debilidad, sino que Su misericordia está destinada a inspirarnos a llegar hasta el agradecimiento, la fe y el arrepentimiento. La muestra temporal de paciencia que Dios nos pudiera mostrar no es una señal de que nuestro pecado no le importa, o que no está dispuesto a expresar Su ira. En cambio, Dios quiere llamarnos a dejar nuestro pecado y seguirlo para siempre y, para ello, nos deja disfrutar de Sus continuas bendiciones a lo largo de nuestras vidas. Ese es el verdadero arrepentimiento.