¿Qué significa Romanos 3:18?

Dentro de la cita del Antiguo Testamento más extensa de todas sus cartas, Pablo está intentando demostrar cómo los seres humanos usamos nuestros cuerpos para expresar nuestra naturaleza pecaminosa. Cuando hablamos, se puede escuchar el pecado. Dondequiera que caminamos, dejamos un rastro de pecado detrás de nosotros, y ahora, Pablo señala que nunca usamos nuestros ojos para considerar el miedo — o el "respeto" — hacia Dios.

Esta cita final proviene del Salmo 36:1, donde David describe que "los impuros" no temen a Dios con sus ojos. Pablo insiste en que todos nosotros, todos los seres humanos, judíos y gentiles por igual, cumplimos con esta descripción (Romanos 3:10). Por lo tanto, no somos justos. Cada uno de nosotros merece el juicio y la ira de Dios debido a nuestra pecaminosidad.

Nuestro pecado, en este caso, es ignorar o trivializar a Dios y acabamos reduciéndolo a nuestro "tamaño" en nuestro corazón; quizás actuamos como si Él no existiera, a pesar del hecho de que Dios se ha revelado a Sí mismo y Su naturaleza a través de lo que Él ha hecho (Romanos 1:20); o podríamos engañarnos a nosotros mismos pensando que Dios no puede descubrir nuestros pecados (Salmo 36:2), o que no nos juzgará por ellos; esa falta de respeto por la justicia de Dios, Su poder y la voluntad que tiene para actuar en nuestras vidas es realmente nefasta.

Sin embargo, Pablo nos mostrará pronto que hay esperanza para nosotros mediante la fe en Cristo.