¿Qué significa Romanos 3:9?
Pablo parece repetir la pregunta del comienzo de este capítulo cuando preguntó: "¿cuál es la ventaja de ser judío?" Allí dijo que había mucha ventaja en todos los sentidos. Después de todo, Dios les había dado a los judíos Sus propias palabras a través de la ley.Ahora, sin embargo, Pablo responde a la pregunta: "¿estamos mejor los judíos?" de una manera un poco diferente. Pablo dice que no. Pablo señala una vez más que toda persona está "bajo el pecado", ya sea judía o gentil. En otras palabras, el pueblo judío tiene una ventaja a nivel nacional: son el pueblo elegido por Dios y los receptores de las grandes promesas que Dios les había hecho. Dios permanece fiel a las promesas que les había hecho, y como miembros del pueblo elegido de Dios, tienen un acceso particularmente cercano a las palabras y revelaciones de Dios.
Sin embargo, a nivel personal, ser judío no tiene ninguna ventaja adicional cuando se trata de ser juzgado por Dios por el pecado. Judío o gentil, Dios hará responsable de sus acciones a cada persona sin importar quienes sean o de donde vengan.
Los siguientes versículos demostrarán que, según las normas de ese juicio, hasta el último ser humano debe ser considerado injusto ante Dios debido a la pecaminosidad que existe en el corazón mismo de los seres humanos.
Romanos 3:9–20 contiene una serie de citas de las Escrituras del Antiguo Testamento. Pablo las usa para demostrar que tanto judíos como griegos están bajo el pecado. Después de establecer que "no hay quien haga el bien" del Salmo 14:1, Pablo usa citas de los Salmos e Isaías para mostrar las diferentes formas en las que siempre hemos usado nuestro cuerpo (garganta, lengua, labios, pies y ojos) para expresar nuestra pecaminosidad. Pablo concluye la sección con su declaración más fuerte, sin embargo, que ningún ser humano será justificado ante Dios por seguir las obras de la ley. La ley solo puede mostrarnos nuestro pecado, y no salvarnos de él.
Romanos 3 comienza con un esquema de preguntas y respuestas. Estas respuestas anticipan cualquier tipo de oposición que alguien pudiera tener acerca de lo que Pablo escribió en Romanos 2. A continuación, Pablo cita una serie de pasajes del Antiguo Testamento. Estas Escrituras muestran que esos escritores también estuvieron de acuerdo en que nadie, ni una sola persona, merece ser considerada justa. Pablo declara enfáticamente que nadie será justificado por seguir las obras de la ley. Al final, Pablo comparte las buenas nuevas: la justicia ante Dios está disponible más allá de la ley, ésta se encuentra a través de la fe en la muerte de Cristo en la cruz por nuestros pecados.