Capítulo
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Verso

Romanos 4:15

LBLA porque la ley produce ira, pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión.
NBLA Porque la Ley produce ira, pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión.
NVI La ley, en efecto, acarrea castigo. Pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión.
RV1960 Pues la ley produce ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión.
JBS Porque la ley obra ira; porque donde no hay ley, tampoco hay rebelión.

¿Qué significa Romanos 4:15?

Pablo ha dicho rotundamente en el versículo anterior que las promesas que Dios les hizo a Abrahán y a sus descendientes, Israel, no tendrían valor alguno si dependieran de que Israel siguiera la ley de Moisés. Por un lado, las promesas se hicieron mucho antes de que existiera la ley (Romanos 4:13–14). Por otra parte, nadie puede guardar la ley (Romanos 3:23). Entonces, las promesas estarían vacías, y se basarían en una condición que era imposible de cumplir. Muchos de los descendientes de Abrahán nunca tuvieron la ley, ¡e incluso aquellos que la tuvieron no podrían cumplirla!

La idea principal de Pablo aparece más claramente a medida que continúa esta carta. La ley no puede cumplir las promesas de Dios, ya que nadie puede guardar la ley. En cambio, escribe Pablo ahora, la ley provoca el juicio y la ira de Dios por el pecado humano, debido al incumplimiento de la ley misma. Sin la ley, por otro lado, Pablo escribe que no hay transgresión. Por lo tanto, nadie puede violar una ley que no existe o que no se aplica a una persona.

Sin embargo, Pablo no está diciendo que aquellos que no hayan estado bajo la ley nunca llegaron a cometer ningún pecado. Todos han pecado (Romanos 3:23) y lo han hecho sin tener ninguna excusa válida (Romanos 1:18–20). Pablo simplemente quiere decir que, específicamente, aquellos que no estuvieron bajo la ley nunca la quebrantaron.
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Resumen de contexto
Romanos 4:13–25 continúa enfocándose en la fe de Abrahán. Dios le hizo promesas a Abrahán y a sus descendientes, unas promesas que Abrahán creyó que se cumplirían. Esas promesas no se pueden recibir guardando la ley, sino solo a través de fe. Dios le prometió a Abrahán que iba a tener un hijo con Sara, y Abrahán continuó creyendo que la promesa se cumpliría incluso cuando se volviera cada vez menos probable que lo hiciera debido a su vejez. Nosotros también podemos ser justificados por medio de la fe en la muerte de Jesús, quien murió por nuestros pecados, y Su resurrección de entre los muertos.
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Resumen del capítulo
Romanos 4 trata sobre la fe de Abrahán. Dios declaró justo a Abrahán por su fe, no por sus obras. Una declaración de justicia era un regalo de Dios, no un pago. Esta justicia está disponible para todos, circuncidados o incircuncisos. Dios declaró justo a Abrahán muchos años antes de la circuncisión, convirtiéndolo en el padre espiritual de todos los creyentes, circuncidados o no, judíos o gentiles. Las promesas que Dios le hizo a Abrahán y a su descendencia no se pueden recibir guardando la ley, sino solo a través de la fe. Abrahán se mantuvo fiel a la promesa que Dios le hizo acerca de darle un hijo a él y a su esposa Sara, incluso cuando Abrahán mismo se fue haciendo mayor. Dios también nos justificará si por fe creemos dos cosas: una, que Dios entregó a Jesús para que muriera por nuestros pecados; y otra, que Dios finalmente lo resucitó de entre los muertos.
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¿Qué es el evangelio?
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