¿Qué significa Romanos 5:5?
Pablo introdujo una idea desafiante en los versículos anteriores: que los cristianos pueden ver el sufrimiento como una causa de regocijo. En realidad, no quiso decir con esto que alguien deba sentirse necesariamente feliz o entusiasmado ante aquellas situaciones que sean más difíciles. En cambio, aquellos que se han salvado, quienes han expresado su fe en Cristo, pueden estar seguros de que este tipo de sufrimiento vale la pena; este sufrimiento nos brinda la oportunidad de convertirnos en las personas que Dios quiere que seamos.Pablo comenzó mostrándonos que el sufrimiento produce resistencia: una confianza más profunda y duradera en Dios. Esto produce carácter, lo que significa que siempre vamos a elegir hacer las cosas que tienen la capacidad de honrar a Dios por encima de las demás. Esto, a su vez, produce esperanza, una esperanza que nos ayuda a experimentar una creciente certeza de que nuestro destino final es una eternidad llena de bondad en la presencia de Dios.
Ahora Pablo concluye esta cadena de pensamientos diciendo que nuestra esperanza nunca nos avergonzará. Con eso, Pablo quiere decir que nuestra esperanza será plenamente justificada. Por lo tanto, nunca nos arrepentiremos de haber puesto toda nuestra esperanza en la bondad de Dios.
¿Por qué los creyentes pueden tener tanta confianza en su destino final? La respuesta de Pablo revela la misma emoción que Dios tiene por nosotros. El amor de Dios se ha derramado en nuestros corazones. En otras palabras, Dios siempre, siempre cumplirá Sus promesas porque Él nos ama. En realidad, no se trata solo de que Dios sea poderosamente capaz de hacer lo que ha prometido, y no es solo que Dios es bueno, sino que es porque Él se preocupa por nosotros, y nos ama tan profundamente que cada uno de nosotros realmente lleva Su amor dentro, a través del Espíritu Santo. Esto hace que las promesas de Dios sean verdaderamente poderosas.
Finalmente, Pablo añade, casi como algo que ha estado a punto de olvidar, que a cada persona que confía en Cristo se le ha ofrecido la posibilidad de que el propio Espíritu Santo de Dios viva en su corazón, en su ser interior. Ese puede ser, de hecho, el beneficio más poderoso que Pablo haya mencionado, y hablará más sobre él más adelante en Romanos.