¿Qué significa Romanos 9:6?
Pablo ha expresado que su corazón está roto por el hecho de que la mayoría del pueblo judío había rechazado a Cristo como el Mesías y el único camino hacia la salvación. Pablo también ha enumerado muchos de los privilegios que Dios le ha dado a Israel al ser Su pueblo elegido.Pablo ahora comienza a lidiar con una pregunta enorme, la cual dominará los próximos tres capítulos de Romanos. Si Dios le dio a Israel todos esos pactos, promesas y privilegios, ¿qué sucede con Su relación con Israel ahora que han rechazado a Su Hijo?
La primera respuesta de Pablo aquí es defender el carácter de Dios. La Palabra de Dios no ha fallado. Dios seguirá cumpliendo las promesas que le hizo a Israel. Dios no se retracta de Su palabra. Entonces, Pablo comienza a hacer una distinción entre los descendientes físicos de Israel y lo que podríamos llamar "el verdadero Israel". De hecho, Pablo dice algo similar a lo que escribió al principio de esta carta en Romanos 2:28–29: "porque lo exterior no hace judío a nadie, y estar circuncidado no es una señal externa solamente. El verdadero judío lo es en su interior, y la circuncisión no es la literal sino la espiritual, la del corazón. El que es judío de esta manera es aprobado, no por los hombres, sino por Dios".
Aquí Pablo lo pone de manera más simple al decir que no todos los que descienden de Israel, étnicamente, pertenecen al "verdadero Israel". Esto coincide con declaraciones similares que Jesús hizo durante Su ministerio terrenal (Juan 8:36–39).