Salmos capitulo 106
La Biblia de las Américas
1¡Aleluya ! Dad gracias al SEÑOR, porque es bueno; porque para siempre es su misericordia. 2¿Quién puede relatar los poderosos hechos del SEÑOR, o expresar toda su alabanza? 3Bienaventurados los que guardan el juicio, los que practican la justicia en todo tiempo.
4Acuérdate de mí, oh SEÑOR, en tu bondad hacia tu pueblo ; visítame con tu salvación, 5para que yo vea la prosperidad de tus escogidos, para que me regocije en la alegría de tu nación, para que me gloríe con tu heredad.
6Nosotros hemos pecado como nuestros padres, hemos hecho iniquidad, nos hemos conducido impíamente. 7Nuestros padres en Egipto no entendieron tus maravillas; no se acordaron de tu infinito amor, sino que se rebelaron junto al mar, en el mar Rojo. 8No obstante, los salvó por amor de su nombre, para manifestar su poder. 9Reprendió, pues, al mar Rojo, y se secó ; y los condujo por las profundidades, como por un desierto. 10Los salvó de mano del que los odiaba, y los redimió de mano del enemigo. 11Las aguas cubrieron a sus adversarios, ni uno de ellos escapó. 12Entonces creyeron en sus palabras, y cantaron su alabanza.
13Pero pronto se olvidaron de sus obras ; no esperaron su consejo. 14Tuvieron apetitos desenfrenados en el desierto, y tentaron a Dios en las soledades. 15El les concedió lo que pedían, pero envió una plaga mortal sobre ellos.
16Cuando en el campamento tuvieron envidia de Moisés, y de Aarón, el santo del SEÑOR, 17la tierra se abrió y tragó a Datán, y se cerró sobre el grupo de Abiram. 18Un fuego ardió contra su grupo, la llama consumió a los impíos.
19Hicieron un becerro en Horeb, y adoraron una imagen de fundición; 20cambiaron su gloria por la imagen de un buey que come hierba. 21Se olvidaron de Dios su Salvador, que había hecho grandes cosas en Egipto, 22maravillas en la tierra de Cam, y cosas asombrosas en el mar Rojo. 23El dijo que los hubiera destruido, de no haberse puesto Moisés, su escogido, en la brecha delante de El, a fin de apartar su furor para que no los destruyera. 24Aborrecieron la tierra deseable, no creyeron en su palabra, 25sino que murmuraron en sus tiendas, y no escucharon la voz del SEÑOR. 26Por tanto, les juró abatirlos en el desierto, 27y esparcir su simiente entre las naciones, y dispersarlos por las tierras.
28Se unieron también a Baal-peor, y comieron sacrificios ofrecidos a los muertos. 29Le provocaron, pues, a ira con sus actos, y la plaga se desató entre ellos. 30Entonces Finees se levantó e intervino, y cesó la plaga. 31Y le fue contado por justicia por todas las generaciones para siempre.
32También le hicieron enojarse en las aguas de Meriba, y le fue mal a Moisés por culpa de ellos, 33puesto que fueron rebeldes contra su Espíritu, y él habló precipitadamente con sus labios.
34No destruyeron a los pueblos, como el SEÑOR les había mandado, 35sino que se mezclaron con las naciones, aprendieron sus costumbres, 36y sirvieron a sus ídolos que se convirtieron en lazo para ellos. 37Sacrificaron a sus hijos y a sus hijas a los demonios, 38y derramaron sangre inocente, la sangre de sus hijos y de sus hijas, a quienes sacrificaron a los ídolos de Canaán, y la tierra fue contaminada con sangre. 39Así se contaminaron en sus costumbres, y fueron infieles en sus hechos.
40Entonces se encendió la ira del SEÑOR contra su pueblo, y El aborreció su heredad. 41Los entregó en mano de las naciones, y los que los aborrecían se enseñorearon sobre ellos. 42Sus enemigos también los oprimieron, y fueron subyugados bajo su poder. 43Muchas veces los libró ; ellos, sin embargo, fueron rebeldes a su consejo, y se hundieron en su iniquidad.
Nueva Biblia de las Américas
1¡Aleluya! Den gracias al SEÑOR, porque es bueno; Porque para siempre es Su misericordia. 2¿Quién puede relatar los poderosos hechos del SEÑOR, O expresar toda Su alabanza? 3Bienaventurados los que guardan el juicio, Los que practican la justicia en todo tiempo.
4Acuérdate de mí, oh SEÑOR, en Tu bondad hacia Tu pueblo; Visítame con Tu salvación, 5Para que yo vea la prosperidad de Tus escogidos, Para que me regocije en la alegría de Tu nación, Para que me gloríe con Tu heredad.
6Nosotros hemos pecado como nuestros padres, Hemos hecho iniquidad, nos hemos conducido impíamente. 7Nuestros padres en Egipto no entendieron Tus maravillas; No se acordaron de Tu infinito amor, Sino que se rebelaron junto al mar, en el Mar Rojo. 8No obstante, los salvó por amor de Su nombre, Para manifestar Su poder. 9Reprendió al Mar Rojo, y se secó; Y los condujo por las profundidades, como por un desierto. 10Los salvó de mano del que los odiaba, Y los redimió de mano del enemigo. 11Las aguas cubrieron a sus adversarios, Ni uno de ellos escapó. 12Entonces ellos creyeron en Sus palabras, Y cantaron Su alabanza.
13Pero pronto se olvidaron de Sus obras; No esperaron Su consejo. 14Tuvieron apetitos desenfrenados en el desierto, Y tentaron a Dios en las soledades. 15El les concedió lo que pedían, Pero envió una plaga mortal sobre ellos.
16Cuando en el campamento tuvieron envidia de Moisés, Y de Aarón, el santo del SEÑOR, 17La tierra se abrió y tragó a Datán, Y se cerró sobre el grupo de Abiram. 18Un fuego ardió contra su grupo, La llama consumió a los impíos.
19Hicieron un becerro en Horeb, Y adoraron una imagen de fundición; 20Cambiaron su gloria Por la imagen de un buey que come hierba. 21Se olvidaron de Dios su Salvador, Que había hecho grandes cosas en Egipto, 22Maravillas en la tierra de Cam, Y cosas asombrosas en el Mar Rojo. 23El dijo que los hubiera destruido, De no haberse puesto Moisés, Su escogido, en la brecha delante de El, A fin de apartar Su furor para que no los destruyera. 24Aborrecieron la tierra deseable, No creyeron en Su palabra, 25Sino que murmuraron en sus tiendas, Y no escucharon la voz del SEÑOR. 26Por tanto, les juró Abatirlos en el desierto, 27Y esparcir su simiente entre las naciones, Y dispersarlos por las tierras.
28Se unieron también a Baal Peor, Y comieron sacrificios ofrecidos a los muertos. 29Lo provocaron a ira con sus actos, Y la plaga se desató entre ellos. 30Entonces Finees se levantó e intervino, Y cesó la plaga. 31Y le fue contado por justicia Por todas las generaciones para siempre.
32También hicieron que El se enojara en las aguas de Meriba, Y le fue mal a Moisés por culpa de ellos, 33Puesto que fueron rebeldes contra Su Espíritu, Y él habló precipitadamente con sus labios.
34No destruyeron a los pueblos, Como el SEÑOR les había mandado, 35Sino que se mezclaron con las naciones, Aprendieron sus costumbres, 36Y sirvieron a sus ídolos Que se convirtieron en lazo para ellos. 37Sacrificaron a sus hijos y a sus hijas a los demonios, 38Y derramaron sangre inocente, La sangre de sus hijos y de sus hijas, A quienes sacrificaron a los ídolos de Canaán, Y la tierra fue contaminada con sangre. 39Así se contaminaron en sus costumbres, Y fueron infieles en sus hechos.
40Entonces se encendió la ira del SEÑOR contra Su pueblo, Y El aborreció Su heredad. 41Los entregó en mano de las naciones, Y los que los aborrecían se enseñorearon sobre ellos. 42Sus enemigos también los oprimieron, Y fueron subyugados bajo su poder. 43Muchas veces los libró; Pero, ellos fueron rebeldes en sus propósitos, Y se hundieron en su iniquidad.
Nueva Versión Internacional
1 ¡Aleluya! ¡Alabado sea el SEÑOR! Den gracias al SEÑOR, porque él es bueno; su gran amor perdura para siempre. 2¿Quién puede proclamar las proezas del SEÑOR, o expresar toda su alabanza? 3 Dichosos los que practican la justicia y hacen siempre lo que es justo. 4Recuérdame, SEÑOR, cuando te compadezcas de tu pueblo; ven en mi ayuda el día de tu salvación. 5Hazme disfrutar del bienestar de tus escogidos, participar de la alegría de tu pueblo y expresar mis alabanzas con tu heredad.
6Hemos pecado, lo mismo que nuestros padres; hemos hecho lo malo y actuado con iniquidad. 7Cuando nuestros padres estaban en Egipto, no tomaron en cuenta tus maravillas; no tuvieron presente tu bondad infinita y se rebelaron junto al mar, el Mar Rojo. 8Pero Dios los salvó, haciendo honor a su nombre, para mostrar su gran poder. 9Reprendió al Mar Rojo, y este quedó seco; los condujo por las profundidades del mar como si cruzaran el desierto. 10Los salvó del poder de sus enemigos, del poder de quienes los odiaban. 11Las aguas envolvieron a sus adversarios, y ninguno de estos quedó con vida. 12Entonces ellos creyeron en sus promesas y le entonaron alabanzas.
13Pero muy pronto olvidaron sus acciones y no esperaron a conocer sus planes. 14En el desierto cedieron a sus propios deseos; en los páramos pusieron a prueba a Dios. 15Y él les dio lo que pidieron, pero les envió una enfermedad devastadora.
16En el campamento tuvieron envidia de Moisés y de Aarón, el que estaba consagrado al SEÑOR. 17Se abrió la tierra y se tragó a Datán; sepultó a los seguidores de Abirán. 18Un fuego devoró a esa pandilla; las llamas consumieron a los impíos.
19En Horeb hicieron un becerro; se postraron ante un ídolo de fundición. 20Cambiaron al que era su motivo de orgullo por la imagen de un toro que come hierba. 21Se olvidaron del Dios que los salvó y que había hecho grandes cosas en Egipto: 22milagros en la tierra de Cam y portentos junto al Mar Rojo. 23Dios amenazó con destruirlos, pero no lo hizo por Moisés, su escogido, que se puso ante él en la brecha e impidió que su ira los destruyera.
24Menospreciaron esa bella tierra; no creyeron en la promesa de Dios. 25Refunfuñaron en sus tiendas de campaña y no obedecieron al SEÑOR. 26Por tanto, él levantó su mano contra ellos para hacerlos caer en el desierto, 27para hacer caer a sus descendientes entre las naciones y dispersarlos por todos los países.
28Se sometieron al yugo de Baal Peor y comieron de las ofrendas a ídolos sin vida. 29Provocaron al SEÑOR con sus malvadas acciones, y les sobrevino una plaga. 30Pero Finés se levantó e hizo justicia, y la plaga se detuvo. 31Esto se le acreditó como un acto de justicia para siempre, por todas las generaciones.
32Junto a las aguas de Meribá hicieron enojar al SEÑOR, y a Moisés le fue mal por culpa de ellos, 33pues lo sacaron de quicio y él habló sin pensar lo que decía. 34No destruyeron a los pueblos que el SEÑOR les había señalado, 35sino que se mezclaron con los paganos y adoptaron sus costumbres. 36Rindieron culto a sus ídolos, y se les volvieron una trampa. 37Ofrecieron a sus hijos y a sus hijas como sacrificio a esos demonios. 38Derramaron sangre inocente, la sangre de sus hijos y sus hijas. Al ofrecerlos en sacrificio a los ídolos de Canaán, su sangre derramada profanó la tierra. 39Tales hechos los contaminaron; tales acciones los corrompieron.
40La ira del SEÑOR se encendió contra su pueblo; su heredad le resultó aborrecible. 41Por eso los entregó a los paganos, y fueron dominados por quienes los odiaban. 42Sus enemigos los oprimieron, los sometieron a su poder. 43Muchas veces Dios los libró; pero ellos, empeñados en su rebeldía, se hundieron en la maldad.
Reina-Valera 1960
1Aleluya. Alabad a Jehová, porque él es bueno; Porque para siempre es su misericordia. 2¿Quién expresará las poderosas obras de Jehová? ¿Quién contará sus alabanzas? 3Dichosos los que guardan juicio, Los que hacen justicia en todo tiempo.
4Acuérdate de mí, oh Jehová, según tu benevolencia para con tu pueblo; Visítame con tu salvación, 5Para que yo vea el bien de tus escogidos, Para que me goce en la alegría de tu nación, Y me gloríe con tu heredad.
6Pecamos nosotros, como nuestros padres; Hicimos iniquidad, hicimos impiedad. 7Nuestros padres en Egipto no entendieron tus maravillas; No se acordaron de la muchedumbre de tus misericordias, Sino que se rebelaron junto al mar, el Mar Rojo. 8Pero él los salvó por amor de su nombre, Para hacer notorio su poder. 9Reprendió al Mar Rojo y lo secó, Y les hizo ir por el abismo como por un desierto. 10Los salvó de mano del enemigo, Y los rescató de mano del adversario. 11Cubrieron las aguas a sus enemigos; No quedó ni uno de ellos. 12Entonces creyeron a sus palabras Y cantaron su alabanza.
13Bien pronto olvidaron sus obras; No esperaron su consejo. 14Se entregaron a un deseo desordenado en el desierto; Y tentaron a Dios en la soledad. 15Y él les dio lo que pidieron; Mas envió mortandad sobre ellos.
16Tuvieron envidia de Moisés en el campamento, Y contra Aarón, el santo de Jehová. 17Entonces se abrió la tierra y tragó a Datán, Y cubrió la compañía de Abiram. 18Y se encendió fuego en su junta; La llama quemó a los impíos.
19Hicieron becerro en Horeb, Se postraron ante una imagen de fundición. 20Así cambiaron su gloria Por la imagen de un buey que come hierba. 21Olvidaron al Dios de su salvación, Que había hecho grandezas en Egipto, 22Maravillas en la tierra de Cam, Cosas formidables sobre el Mar Rojo. 23Y trató de destruirlos, De no haberse interpuesto Moisés su escogido delante de él, A fin de apartar su indignación para que no los destruyese.
24Pero aborrecieron la tierra deseable; No creyeron a su palabra, 25Antes murmuraron en sus tiendas, Y no oyeron la voz de Jehová. 26Por tanto, alzó su mano contra ellos Para abatirlos en el desierto, 27Y humillar su pueblo entre las naciones, Y esparcirlos por las tierras.
28Se unieron asimismo a Baal-peor, Y comieron los sacrificios de los muertos. 29Provocaron la ira de Dios con sus obras, Y se desarrolló la mortandad entre ellos. 30Entonces se levantó Finees e hizo juicio, Y se detuvo la plaga; 31Y le fue contado por justicia De generación en generación para siempre.
32También le irritaron en las aguas de Meriba; Y le fue mal a Moisés por causa de ellos, 33Porque hicieron rebelar a su espíritu, Y habló precipitadamente con sus labios. 34No destruyeron a los pueblos Que Jehová les dijo; 35Antes se mezclaron con las naciones, Y aprendieron sus obras, 36Y sirvieron a sus ídolos, Los cuales fueron causa de su ruina. 37Sacrificaron sus hijos y sus hijas a los demonios, 38Y derramaron la sangre inocente, la sangre de sus hijos y de sus hijas, Que ofrecieron en sacrificio a los ídolos de Canaán, Y la tierra fue contaminada con sangre. 39Se contaminaron así con sus obras, Y se prostituyeron con sus hechos.
40Se encendió, por tanto, el furor de Jehová sobre su pueblo, Y abominó su heredad; 41Los entregó en poder de las naciones, Y se enseñorearon de ellos los que les aborrecían. 42Sus enemigos los oprimieron, Y fueron quebrantados debajo de su mano. 43Muchas veces los libró; Mas ellos se rebelaron contra su consejo, Y fueron humillados por su maldad. 44Con todo, él miraba cuando estaban en angustia, Y oía su clamor; 45Y se acordaba de su pacto con ellos, Y se arrepentía conforme a la muchedumbre de sus misericordias. 46Hizo asimismo que tuviesen de ellos misericordia todos los que los tenían cautivos.
Biblia del Jubileo
1Alelu-JAH. Alabad al SEÑOR, porque es bueno; porque para siempre es su misericordia. 2¿Quién expresará las valentías del SEÑOR? ¿Quién contará sus alabanzas? 3Dichosos los que guardan juicio, los que hacen justicia en todo tiempo. 4Acuérdate de mí, oh SEÑOR, en la buena voluntad para con tu pueblo; visítame con tu salud; 5para que yo vea el bien de tus escogidos, para que me goce en la alegría de tu nación, y me gloríe con tu heredad. 6Pecamos con nuestros padres, pervertimos, hicimos impiedad. 7Nuestros padres en Egipto no entendieron tus maravillas; no se acordaron de la muchedumbre de tus misericordias; sino que se rebelaron junto al mar, en el mar Bermejo. 8Los salvó por su Nombre, para hacer notoria su fortaleza. 9Y reprendió al mar Bermejo, y lo secó; y les hizo ir por el abismo, como por un desierto. 10Y los salvó de mano del enemigo, y los rescató de mano del adversario. 11Y cubrieron las aguas a sus enemigos; no quedó uno de ellos. 12Entonces creyeron a sus palabras, y cantaron su alabanza. 13Se apresuraron, se olvidaron de sus obras; no esperaron en su consejo. 14Se entregaron a un deseo desordenado en el desierto; y tentaron a Dios en la soledad. 15Y él les dio lo que pidieron; mas envió flaqueza en sus almas. 16Tomaron después celo contra Moisés en el campamento, y contra Aarón el santo del SEÑOR. 17Se abrió la tierra, y tragó a Datán, y cubrió la compañía de Abiram. 18Y se encendió el fuego en su compañía; la llama quemó los impíos. 19Hicieron el becerro en Horeb, y adoraron a un vaciadizo. 20Así trocaron su gloria por la imagen de un buey que come hierba. 21Olvidaron al Dios de su salud, que había hecho grandezas en Egipto; 22maravillas en la tierra de Cam, temerosas cosas sobre el mar Bermejo. 23Y trató de destruirlos, a no haberse puesto Moisés su escogido al portillo delante de él, a fin de apartar su ira, para que no los destruyese. 24Y aborrecieron la tierra deseable; no creyeron a su palabra; 25antes murmuraron en sus tiendas, y no oyeron la voz del SEÑOR. 26Por lo que alzó su mano a ellos, para postrarlos en el desierto, 27y humillar su simiente entre los gentiles, y esparcirlos por las tierras. 28Se allegaron asimismo a Baal-peor, y comieron los sacrificios por los muertos. 29Y ensañaron a Dios con sus obras, y aumentó la mortandad en ellos. 30Entonces se puso Finees, y juzgó; y se detuvo la mortandad. 31Y le fue contado a justicia de generación en generación para siempre. 32También le irritaron en las aguas de Meriba; e hizo mal a Moisés por causa de ellos; 33porque hicieron rebelar a su espíritu, como lo expresó con sus labios. 34No destruyeron los pueblos que el SEÑOR les dijo; 35antes se mezclaron con los gentiles, y aprendieron sus obras. 36Y sirvieron a sus ídolos; los cuales les fueron por ruina. 37Y sacrificaron sus hijos y sus hijas a los demonios; 38y derramaron la sangre inocente, la sangre de sus hijos y de sus hijas, que sacrificaron a los ídolos de Canaán; y la tierra fue contaminada con sangre. 39Se contaminaron así con sus propias obras, y fornicaron con sus hechos. 40Se encendió por tanto el furor del SEÑOR sobre su pueblo, y abominó su heredad: 41Y los entregó en poder de los gentiles, y se enseñorearon de ellos los que los aborrecían. 42Y sus enemigos los oprimieron, y fueron quebrantados debajo de su mano. 43Muchas veces los libró; mas ellos se rebelaron a su consejo, y fueron humillados por su maldad. 44El con todo, miraba cuando estaban en angustia, y oía su clamor; 45y se acordaba de su pacto con ellos, y se arrepentía conforme a la muchedumbre de sus misericordias. 46Hizo asimismo que tuviesen de ellos misericordia todos los que los tenían cautivos. 47Sálvanos, SEÑOR Dios nuestro, y júntanos de entre los gentiles, para que loemos tu santo Nombre, para que nos gloriemos de tus alabanzas. 48Bendito el SEÑOR Dios de Israel, desde el siglo y hasta el siglo; y diga todo el pueblo, Amén. Alelu-JAH.