Salmos capitulo 141
La Biblia de las Américas
1Oh SEÑOR, a ti clamo, apresúrate a venir a mí. Escucha mi voz cuando te invoco. 2Sea puesta mi oración delante de ti como incienso, el alzar de mis manos como la ofrenda de la tarde. 3SEÑOR, pon guarda a mi boca ; vigila la puerta de mis labios. 4No dejes que mi corazón se incline a nada malo, para practicar obras impías con los hombres que hacen iniquidad, y no me dejes comer de sus manjares.
5Que el justo me hiera con bondad y me reprenda ; es aceite sobre la cabeza ; no lo rechace mi cabeza, pues todavía mi oración es contra las obras impías. 6Sus jueces son lanzados contra los costados de la peña, y oyen mis palabras, que son agradables. 7Como cuando se ara y se rompe la tierra, nuestros huesos han sido esparcidos a la boca del Seol.
Nueva Biblia de las Américas
1Oh SEÑOR, a Ti clamo, apresúrate a venir a mí. Escucha mi voz cuando Te invoco. 2Sea puesta mi oración delante de Ti como incienso, El alzar de mis manos como la ofrenda de la tarde. 3SEÑOR, pon guarda a mi boca; Vigila la puerta de mis labios. 4No dejes que mi corazón se incline a nada malo, Para practicar obras impías Con los hombres que hacen iniquidad, Y no me dejes comer de sus manjares.
5Que el justo me hiera con bondad y me reprenda; Es aceite sobre la cabeza; No lo rechace mi cabeza, Pues todavía mi oración es contra sus obras malas. 6Sus jueces son lanzados contra los costados de la peña, Y oyen mis palabras, que son agradables. 7Como cuando se ara y se rompe la tierra, Nuestros huesos han sido esparcidos a la boca del Seol.
Nueva Versión Internacional
1Salmo de David. [1] A ti clamo, SEÑOR; ven pronto a mí. ¡Atiende a mi voz cuando a ti clamo! 2Que suba a tu presencia mi plegaria como una ofrenda de incienso; que hacia ti se eleven mis manos como un sacrificio vespertino.
3 SEÑOR, ponme en la boca un centinela; un guardia a la puerta de mis labios. 4No permitas que mi corazón se incline a la maldad, ni que sea yo cómplice de iniquidades; no me dejes participar de banquetes en compañía de malhechores.
5Que la justicia me golpee, que el amor me reprenda; que el ungüento de los malvados no perfume mi cabeza, pues mi oración está siempre en contra de sus malas obras. 6Cuando sus gobernantes sean lanzados desde los despeñaderos, sabrán que mis palabras eran bien intencionadas. 7Y dirán: «Así como se dispersa la tierra cuando en ella se abren surcos con el arado, así se han dispersado nuestros huesos a la orilla del sepulcro».
Reina-Valera 1960
1Salmo de David. [1] Jehová, a ti he clamado; apresúrate a mí; Escucha mi voz cuando te invocare. 2Suba mi oración delante de ti como el incienso, El don de mis manos como la ofrenda de la tarde.
3Pon guarda a mi boca, oh Jehová; Guarda la puerta de mis labios. 4No dejes que se incline mi corazón a cosa mala, A hacer obras impías Con los que hacen iniquidad; Y no coma yo de sus deleites.
5Que el justo me castigue, será un favor, Y que me reprenda será un excelente bálsamo Que no me herirá la cabeza; Pero mi oración será continuamente contra las maldades de aquéllos. 6Serán despeñados sus jueces, Y oirán mis palabras, que son verdaderas. 7Como quien hiende y rompe la tierra, Son esparcidos nuestros huesos a la boca del Seol.
Biblia del Jubileo
1Salmo de David. SEÑOR, a ti he llamado; apresúrate a mí; escucha mi voz, cuando te llamare. 2Sea enderezada mi oración delante de ti como incienso, el don de mis manos como el sacrificio de la tarde. 3Pon, oh SEÑOR, guarda a mi boca; guarda la puerta de mis labios. 4No inclines mi corazón a cosa mala, a hacer obras con impiedad con los varones que obran iniquidad; y no coma yo de sus deleites. 5Que me hiera el justo con misericordia, y que me reprenda; y halago de príncipe inicuo no unte mi cabeza; porque aun mi oración será contra sus males. 6Serán derribados de lugares fuertes sus jueces, y oirán mis palabras, que son suaves. 7Como quien hiende y rompe leños en tierra, son esparcidos nuestros huesos a la boca de la sepultura. 8Por tanto a ti, oh DIOS el Señor, miran mis ojos; en ti he confiado, no desampares mi alma. 9Guárdame de las manos del lazo que me han tendido, y de los lazos de los que obran iniquidad. 10Caigan los impíos a una en sus redes, mientras yo pasaré adelante para siempre.