Salmos capitulo 31
La Biblia de las Américas
1 En ti, oh SEÑOR, me refugio; jamás sea yo avergonzado ; líbrame en tu justicia. 2Inclina a mí tu oído, rescátame pronto ; sé para mí roca fuerte, fortaleza para salvarme. 3Porque tú eres mi roca y mi fortaleza, y por amor de tu nombre me conducirás y me guiarás. 4Me sacarás de la red que en secreto me han tendido ; porque tú eres mi refugio. 5En tu mano encomiendo mi espíritu ; tú me has redimido, oh SEÑOR, Dios de verdad.
6Aborrezco a los que confían en ídolos vanos ; mas yo confío en el SEÑOR. 7Me gozaré y me alegraré en tu misericordia, porque tú has visto mi aflicción ; has conocido las angustias de mi alma, 8y no me has entregado en manos del enemigo ; tú has puesto mis pies en lugar espacioso.
9Ten piedad de mí, oh SEÑOR, porque estoy en angustia ; se consumen de sufrir mis ojos, mi alma y mis entrañas. 10Pues mi vida se gasta en tristeza, y mis años en suspiros; mis fuerzas se agotan a causa de mi iniquidad, y se ha consumido mi cuerpo. 11A causa de todos mis adversarios, he llegado a ser objeto de oprobio, especialmente para mis vecinos, y causa de espanto para mis conocidos; los que me ven en la calle huyen de mí. 12Como un muerto soy olvidado, sin ser recordado, soy semejante a un vaso roto. 13Porque he oído la calumnia de muchos, el terror está por todas partes ; mientras traman juntos contra mí, planean quitarme la vida.
14Pero yo, oh SEÑOR, en ti confío; digo: Tú eres mi Dios. 15En tu mano están mis años ; líbrame de la mano de mis enemigos, y de los que me persiguen. 16Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo ; sálvame en tu misericordia. 17Oh SEÑOR, no sea yo avergonzado, porque a ti clamo; sean avergonzados los impíos ; que desciendan en silencio al Seol. 18Enmudezcan los labios mentirosos, que arrogantes hablan contra el justo con soberbia y desprecio.
19¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen, que has obrado para los que en ti se refugian, delante de los hijos de los hombres ! 20De las conspiraciones de los hombres tú los escondes en lo secreto de tu presencia ; en un refugio los pondrás a cubierto de los enredos de las lenguas. 21Bendito sea el SEÑOR, porque ha hecho maravillosa su misericordia para mí en ciudad asediada. 22Y yo alarmado, decía : ¡Cortado soy de delante de tus ojos ! Empero tú oíste la voz de mis súplicas cuando a ti clamaba.
Nueva Biblia de las Américas
1En Ti, oh SEÑOR, me refugio; Jamás sea yo avergonzado; Líbrame en Tu justicia. 2Inclina a mí Tu oído, rescátame pronto; Sé para mí roca fuerte, Fortaleza para salvarme. 3Porque Tú eres mi roca y mi fortaleza, Y por amor de Tu nombre me conducirás y me guiarás. 4Me sacarás de la red que en secreto me han tendido; Porque Tú eres mi refugio. 5En Tu mano encomiendo mi espíritu; Tú me has redimido, oh SEÑOR, Dios de verdad.
6Aborrezco a los que confían en ídolos vanos; Pero yo confío en el SEÑOR. 7Me gozaré y me alegraré en Tu misericordia, Porque Tú has visto mi aflicción; Has conocido las angustias de mi alma, 8Y no me has entregado en manos del enemigo; Tú has puesto mis pies en lugar espacioso.
9Ten piedad de mí, oh SEÑOR, porque estoy en angustia; Se consumen de sufrir mis ojos, mi alma y mis entrañas. 10Pues mi vida se gasta en tristeza Y mis años en suspiros; Mis fuerzas se agotan a causa de mi iniquidad, Y se ha consumido mi cuerpo. 11A causa de todos mis adversarios, he llegado a ser objeto de oprobio, Especialmente para mis vecinos, Y causa de espanto para mis conocidos; Los que me ven en la calle huyen de mí. 12Como un muerto soy olvidado, sin ser recordado, Soy semejante a un vaso roto. 13Porque he oído la calumnia de muchos, El terror está por todas partes; Mientras traman juntos contra mí, Planean quitarme la vida.
14Pero yo, oh SEÑOR, en Ti confío; Digo: “Tú eres mi Dios.” 15En Tu mano están mis años; Líbrame de la mano de mis enemigos, y de los que me persiguen. 16Haz resplandecer Tu rostro sobre Tu siervo; Sálvame en Tu misericordia. 17Oh SEÑOR, no sea yo avergonzado, porque a Ti clamo; Sean avergonzados los impíos; que desciendan en silencio al Seol. 18Enmudezcan los labios mentirosos, Porque hablan arrogantes contra el justo Con soberbia y desprecio.
19¡Cuán grande es Tu bondad, Que has reservado para los que Te temen, Que has manifestado para los que en Ti se refugian, Delante de los hijos de los hombres! 20De las conspiraciones de los hombres Tú los escondes en lo secreto de Tu presencia; En un refugio los pondrás a cubierto de los enredos de las lenguas. 21Bendito sea el SEÑOR, Porque ha hecho maravillosa Su misericordia para mí en ciudad asediada (fortificada). 22Y yo alarmado, decía: “¡Cortado soy de delante de Tus ojos!” Sin embargo Tú oíste la voz de mis súplicas Cuando a Ti clamaba.
Nueva Versión Internacional
1Al director musical. Salmo de David. [1] En ti, SEÑOR, busco refugio; jamás permitas que me avergüencen; en tu justicia, líbrame. 2Inclina a mí tu oído, y acude pronto a socorrerme. Sé tú mi roca protectora, la fortaleza de mi salvación. 3Guíame, pues eres mi roca y mi fortaleza, dirígeme por amor a tu nombre. 4Líbrame de la trampa que me han tendido, porque tú eres mi refugio. 5En tus manos encomiendo mi espíritu; líbrame, SEÑOR, Dios de la verdad.
6Odio a los que veneran ídolos vanos; yo, por mi parte, confío en ti, SEÑOR. 7Me alegro y me regocijo en tu amor, porque tú has visto mi aflicción y conoces las angustias de mi alma. 8No me entregaste al enemigo, sino que me pusiste en lugar espacioso.
9Tenme compasión, SEÑOR, que estoy angustiado; el dolor está acabando con mis ojos, con mi alma, ¡con mi cuerpo! 10La vida se me va en angustias, y los años en lamentos; la tristeza está acabando con mis fuerzas, y mis huesos se van debilitando. 11Por causa de todos mis enemigos, soy el hazmerreír de mis vecinos; soy un espanto para mis amigos; de mí huyen los que me encuentran en la calle. 12Me han olvidado, como si hubiera muerto; soy como una vasija hecha pedazos. 13Son muchos a los que oigo cuchichear: «Hay terror por todas partes». Se han confabulado contra mí, y traman quitarme la vida.
14Pero yo, SEÑOR, en ti confío, y digo: «Tú eres mi Dios». 15Mi vida entera está en tus manos; líbrame de mis enemigos y perseguidores. 16Que irradie tu faz sobre tu siervo; por tu gran amor, sálvame.
17 SEÑOR, no permitas que me avergüencen, porque a ti he clamado. Que sean avergonzados los malvados, y acallados en el sepulcro. 18Que sean silenciados sus labios mentirosos, porque hablan contra los justos con orgullo, desdén e insolencia.
19Cuán grande es tu bondad, que atesoras para los que te temen, y que a la vista de la gente derramas sobre los que en ti se refugian. 20Al amparo de tu presencia los proteges de las intrigas humanas; en tu morada los resguardas de las lenguas contenciosas.
Reina-Valera 1960
1Al músico principal. Salmo de David. [1] En ti, oh Jehová, he confiado; no sea yo confundido jamás; Líbrame en tu justicia. 2Inclina a mí tu oído, líbrame pronto; Sé tú mi roca fuerte, y fortaleza para salvarme.
3Porque tú eres mi roca y mi castillo; Por tu nombre me guiarás y me encaminarás. 4Sácame de la red que han escondido para mí, Pues tú eres mi refugio. 5En tu mano encomiendo mi espíritu; Tú me has redimido, oh Jehová, Dios de verdad.
6Aborrezco a los que esperan en vanidades ilusorias; Mas yo en Jehová he esperado. 7Me gozaré y alegraré en tu misericordia, Porque has visto mi aflicción; Has conocido mi alma en las angustias. 8No me entregaste en mano del enemigo; Pusiste mis pies en lugar espacioso.
9Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy en angustia; Se han consumido de tristeza mis ojos, mi alma también y mi cuerpo. 10Porque mi vida se va gastando de dolor, y mis años de suspirar; Se agotan mis fuerzas a causa de mi iniquidad, y mis huesos se han consumido.
11De todos mis enemigos soy objeto de oprobio, Y de mis vecinos mucho más, y el horror de mis conocidos; Los que me ven fuera huyen de mí. 12He sido olvidado de su corazón como un muerto; He venido a ser como un vaso quebrado. 13Porque oigo la calumnia de muchos; El miedo me asalta por todas partes, Mientras consultan juntos contra mí E idean quitarme la vida.
14Mas yo en ti confío, oh Jehová; Digo: Tú eres mi Dios. 15En tu mano están mis tiempos; Líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores. 16Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo; Sálvame por tu misericordia. 17No sea yo avergonzado, oh Jehová, ya que te he invocado; Sean avergonzados los impíos, estén mudos en el Seol. 18Enmudezcan los labios mentirosos, Que hablan contra el justo cosas duras Con soberbia y menosprecio.
19¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen, Que has mostrado a los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres! 20En lo secreto de tu presencia los esconderás de la conspiración del hombre; Los pondrás en un tabernáculo a cubierto de contención de lenguas.
Biblia del Jubileo
1Al Vencedor: Salmo de David. En ti, oh SEÑOR, he esperado; no sea yo avergonzado para siempre; líbrame en tu justicia. 2Inclina a mí tu oído, líbrame presto; seme por roca de fortaleza, por casa fuerte para salvarme. 3Porque tú eres mi roca y mi castillo; y por tu Nombre me guiarás, y me encaminarás. 4Me sacarás de la red que han escondido para mí; porque tú eres mi fortaleza. 5En tu mano encomendaré mi espíritu; tú me redimirás, oh SEÑOR, Dios de verdad. 6Aborrecí a los que esperan en vanidades ilusorias; mas yo en el SEÑOR he esperado. 7Me gozaré y alegraré en tu misericordia; porque has visto mi aflicción; has conocido mi alma en las angustias; 8y no me encerraste en mano del enemigo; hiciste estar mis pies en anchura. 9Ten misericordia de mí, oh SEÑOR, que estoy en angustia; se han carcomido de pesar mis ojos, mi alma, y mis entrañas. 10Porque se ha acabado mi vida con dolor, y mis años con suspiro; se ha enflaquecido mi fuerza a causa de mi iniquidad, y mis huesos se han consumido. 11De todos mis enemigos he sido oprobio, y de mis vecinos en gran manera, y horror a mis conocidos; los que me ven fuera, huyen de mí. 12He sido olvidado del todo como un muerto; he venido a ser como un vaso perdido. 13Porque he oído afrenta de muchos, cerrado de temores; cuando consultaban juntos contra mí, e ideaban para prenderme el alma. 14Mas yo en ti confié, oh SEÑOR; yo dije: Dios mío eres tú. 15En tu mano están mis tiempos; líbrame de la mano de mis enemigos, y de mis perseguidores. 16Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo; sálvame por tu misericordia. 17SEÑOR, no sea yo confundido, porque te he invocado; sean confusos los impíos, sean cortados para el infierno. 18Enmudezcan los labios mentirosos, que hablan contra el justo cosas duras, con soberbia y menosprecio. 19¡Cuán grande es tu bien, que has guardado para los que te temen, que has obrado para los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres! 20Los esconderás en el escondedero de tu rostro de las arrogancias del hombre; los esconderás en el tabernáculo a cubierto de contención de lenguas. 21Bendito el SEÑOR, porque ha hecho maravillosa su misericordia para conmigo en ciudad fuerte. 22Y decía yo en mi premura: cortado soy de delante de tus ojos; mas tú ciertamente oíste la voz de mis ruegos, cuando a ti clamaba. 23Amad al SEÑOR todos vosotros sus misericordiosos; a los fieles guarda el SEÑOR, y paga abundantemente al que obra con soberbia. 24Esforzaos y esfuércese vuestro corazón todos los que esperáis en el SEÑOR.