Salmos capitulo 71
La Biblia de las Américas
1 En ti, oh SEÑOR, me refugio; jamás sea yo avergonzado. 2Líbrame en tu justicia, y rescátame ; inclina a mí tu oído, y sálvame. 3Sé para mí una roca de refugio, a la cual pueda ir continuamente; tú has dado mandamiento para salvarme, porque tú eres mi roca y mi fortaleza. 4Dios mío, rescátame de la mano del impío, de la mano del malhechor y del implacable, 5porque tú eres mi esperanza ; oh Señor DIOS, tú eres mi confianza desde mi juventud. 6De ti he recibido apoyo desde mi nacimiento ; tú eres el que me sacó del seno de mi madre ; para ti es continuamente mi alabanza.
7He llegado a ser el asombro de muchos, porque tú eres mi refugio fuerte. 8Llena está mi boca de tu alabanza y de tu gloria todo el día. 9No me rechaces en el tiempo de la vejez ; no me desampares cuando me falten las fuerzas. 10Porque mis enemigos han hablado de mí; y los que acechan mi vida han consultado entre sí, 11diciendo: Dios lo ha desamparado ; perseguidlo y apresadlo, pues no hay quien lo libre.
12Oh Dios, no estés lejos de mí ; Dios mío, apresúrate a socorrerme. 13Sean avergonzados y consumidos los enemigos de mi alma ; sean cubiertos de afrenta y de ignominia los que procuran mi mal. 14Mas yo esperaré continuamente, y aún te alabaré más y más. 15Todo el día contará mi boca de tu justicia y de tu salvación, porque son innumerables. 16Vendré con los hechos poderosos de DIOS el Señor; haré mención de tu justicia, de la tuya sola.
17Oh Dios, tú me has enseñado desde mi juventud, y hasta ahora he anunciado tus maravillas. 18Y aun en la vejez y las canas, no me desampares, oh Dios, hasta que anuncie tu poder a esta generación, tu poderío a todos los que han de venir. 19Porque tu justicia, oh Dios, alcanza hasta los cielos, tú que has hecho grandes cosas ; oh Dios, ¿quién como tú ? 20Tú que me has hecho ver muchas angustias y aflicciones, me volverás a dar vida, y me levantarás de nuevo de las profundidades de la tierra. 21Aumenta tú mi grandeza, y vuelve a consolarme.
22Y yo te daré gracias con el arpa, cantaré tu verdad, Dios mío; a ti cantaré alabanzas con la lira, oh Santo de Israel. 23Darán voces de júbilo mis labios, cuando te cante alabanzas, y mi alma, que tú has redimido. 24También mi lengua hablará de tu justicia todo el día, porque han sido avergonzados, porque han sido humillados, los que procuran mi mal.
Nueva Biblia de las Américas
1En Ti, oh SEÑOR, me refugio; Jamás sea yo avergonzado. 2Líbrame en Tu justicia, y rescátame; Inclina a mí Tu oído, y sálvame. 3Sé para mí una roca de refugio, a la cual pueda ir continuamente; Tú has dado mandamiento para salvarme, Porque Tú eres mi roca y mi fortaleza. 4Dios mío, rescátame de la mano del impío, De la mano del malhechor y del implacable, 5Porque Tú eres mi esperanza; Oh Señor DIOS, Tú eres mi confianza desde mi juventud. 6De Ti he recibido apoyo desde mi nacimiento; Tú eres el que me sacó del seno de mi madre; Para Ti es de continuo mi alabanza.
7He llegado a ser el asombro de muchos, Porque Tú eres mi refugio fuerte. 8Llena está mi boca de Tu alabanza Y de Tu gloria todo el día. 9No me rechaces en el tiempo de la vejez; No me desampares cuando me falten las fuerzas. 10Porque mis enemigos han hablado de mí; Y los que acechan mi vida han consultado entre sí, 11Diciendo: “Dios lo ha desamparado; Persíganlo y aprésenlo, pues no hay quien lo libre.”
12Oh Dios, no estés lejos de mí; Dios mío, apresúrate a socorrerme. 13Sean avergonzados y consumidos los enemigos de mi alma; Sean cubiertos de afrenta y de ignominia los que procuran mi mal. 14Pero yo esperaré continuamente, Y aún Te alabaré más y más. 15Todo el día contará mi boca De Tu justicia y de Tu salvación, Porque son innumerables. 16Vendré con los hechos poderosos de DIOS el Señor; Haré mención de Tu justicia, de la Tuya sola.
17Oh Dios, Tú me has enseñado desde mi juventud, Y hasta ahora he anunciado Tus maravillas. 18Y aun en la vejez y las canas, no me desampares, oh Dios, Hasta que anuncie Tu poder a esta generación, Tu poderío a todos los que han de venir. 19Porque Tu justicia, oh Dios, alcanza hasta los cielos, Tú que has hecho grandes cosas; Oh Dios, ¿quién como Tú? 20Tú que me has hecho ver muchas angustias y aflicciones, Me volverás a dar vida, Y me levantarás de nuevo de las profundidades de la tierra. 21Aumenta Tú mi grandeza Y vuelve a consolarme.
22Y yo Te daré gracias con el arpa, Cantaré Tu verdad, Dios mío; A Ti cantaré alabanzas con la lira, Oh Santo de Israel. 23Darán voces de júbilo mis labios, cuando Te cante alabanzas, Y mi alma, que Tú has redimido. 24También mi lengua hablará de Tu justicia todo el día, Porque han sido avergonzados, porque han sido humillados, los que procuran mi mal.
Nueva Versión Internacional
1En ti, SEÑOR, me he refugiado; jamás me dejes quedar en vergüenza. 2Por tu justicia, rescátame y líbrame; dígnate escucharme, y sálvame. 3Sé tú mi roca de refugio adonde pueda yo siempre acudir; da la orden de salvarme, porque tú eres mi roca, mi fortaleza. 4Líbrame, Dios mío, de manos de los impíos, del poder de los malvados y violentos.
5Tú, Soberano SEÑOR, has sido mi esperanza; en ti he confiado desde mi juventud. 6De ti he dependido desde que nací; del vientre materno me hiciste nacer. ¡Por siempre te alabaré! 7Para muchos, soy motivo de asombro, pero tú eres mi refugio inconmovible. 8Mi boca rebosa de alabanzas a tu nombre, y todo el día proclama tu grandeza.
9No me rechaces cuando llegue a viejo; no me abandones cuando me falten las fuerzas. 10Porque mis enemigos murmuran contra mí; los que me acechan se confabulan. 11Y dicen: «¡Dios lo ha abandonado! ¡Persíganlo y agárrenlo, que nadie lo rescatará!» 12Dios mío, no te alejes de mí; Dios mío, ven pronto a ayudarme. 13Que perezcan humillados mis acusadores; que se cubran de oprobio y de ignominia los que buscan mi ruina.
14Pero yo siempre tendré esperanza, y más y más te alabaré. 15Todo el día proclamará mi boca tu justicia y tu salvación, aunque es algo que no alcanzo a descifrar. 16Soberano SEÑOR, relataré tus obras poderosas, y haré memoria de tu justicia, de tu justicia solamente. 17Tú, oh Dios, me enseñaste desde mi juventud, y aún hoy anuncio todos tus prodigios. 18Aun cuando sea yo anciano y peine canas, no me abandones, oh Dios, hasta que anuncie tu poder a la generación venidera, y dé a conocer tus proezas a los que aún no han nacido.
19Oh Dios, tú has hecho grandes cosas; tu justicia llega a las alturas. ¿Quién como tú, oh Dios? 20Me has hecho pasar por muchos infortunios, pero volverás a darme vida; de las profundidades de la tierra volverás a levantarme. 21Acrecentarás mi honor y volverás a consolarme.
22Por tu fidelidad, Dios mío, te alabaré con instrumentos de cuerda; te cantaré, oh Santo de Israel, salmos con la lira. 23Gritarán de júbilo mis labios cuando yo te cante salmos, pues me has salvado la vida. 24Todo el día repetirá mi lengua la historia de tus justas acciones, pues quienes buscaban mi mal han quedado confundidos y avergonzados.
Reina-Valera 1960
1En ti, oh Jehová, me he refugiado; No sea yo avergonzado jamás. 2Socórreme y líbrame en tu justicia; Inclina tu oído y sálvame. 3Sé para mí una roca de refugio, adonde recurra yo continuamente. Tú has dado mandamiento para salvarme, Porque tú eres mi roca y mi fortaleza.
4Dios mío, líbrame de la mano del impío, De la mano del perverso y violento. 5Porque tú, oh Señor Jehová, eres mi esperanza, Seguridad mía desde mi juventud. 6En ti he sido sustentado desde el vientre; De las entrañas de mi madre tú fuiste el que me sacó; De ti será siempre mi alabanza.
7Como prodigio he sido a muchos, Y tú mi refugio fuerte. 8Sea llena mi boca de tu alabanza, De tu gloria todo el día. 9No me deseches en el tiempo de la vejez; Cuando mi fuerza se acabare, no me desampares. 10Porque mis enemigos hablan de mí, Y los que acechan mi alma consultaron juntamente, 11Diciendo: Dios lo ha desamparado; Perseguidle y tomadle, porque no hay quien le libre.
12Oh Dios, no te alejes de mí; Dios mío, acude pronto en mi socorro. 13Sean avergonzados, perezcan los adversarios de mi alma; Sean cubiertos de vergüenza y de confusión los que mi mal buscan. 14Mas yo esperaré siempre, Y te alabaré más y más. 15Mi boca publicará tu justicia Y tus hechos de salvación todo el día, Aunque no sé su número. 16Vendré a los hechos poderosos de Jehová el Señor; Haré memoria de tu justicia, de la tuya sola.
17Oh Dios, me enseñaste desde mi juventud, Y hasta ahora he manifestado tus maravillas. 18Aun en la vejez y las canas, oh Dios, no me desampares, Hasta que anuncie tu poder a la posteridad, Y tu potencia a todos los que han de venir,
19Y tu justicia, oh Dios, hasta lo excelso. Tú has hecho grandes cosas; Oh Dios, ¿quién como tú? 20Tú, que me has hecho ver muchas angustias y males, Volverás a darme vida, Y de nuevo me levantarás de los abismos de la tierra. 21Aumentarás mi grandeza, Y volverás a consolarme.
22Asimismo yo te alabaré con instrumento de salterio, Oh Dios mío; tu verdad cantaré a ti en el arpa, Oh Santo de Israel. 23Mis labios se alegrarán cuando cante a ti, Y mi alma, la cual redimiste. 24Mi lengua hablará también de tu justicia todo el día; Por cuanto han sido avergonzados, porque han sido confundidos los que mi mal procuraban.
Biblia del Jubileo
1En ti, oh SEÑOR, he esperado; no sea yo confundido para siempre. 2Hazme escapar, y líbrame en tu justicia; inclina tu oído hacia mí y sálvame. 3Seme por peña de fortaleza, adonde recurra yo continuamente; has mandado que yo sea salvo; porque tú eres mi roca, y mi castillo. 4Dios mío, líbrame de la mano del impío, de la mano del perverso y violento. 5Porque tú eres mi esperanza, Señor DIOS; seguridad mía desde mi juventud. 6Por ti he sido sustentado desde el vientre; de las entrañas de mi madre tú fuiste el que me sacaste; de ti ha sido siempre mi alabanza. 7Como prodigio he sido a muchos, y tú mi refugio fuerte. 8Sea llena mi boca de tu alabanza, de tu gloria todo el día. 9No me deseches en el tiempo de la vejez; cuando mi fuerza se acabare, no me desampares. 10Porque mis enemigos han tratado de mí; y los que acechan mi alma, consultaron juntamente. 11Diciendo: Dios lo ha dejado; perseguid y tomadle, porque no hay quien le libre. 12Oh Dios, no te alejes de mí; Dios mío, acude pronto a mi socorro. 13Sean avergonzados, perezcan los adversarios de mi alma; sean cubiertos de vergüenza y de confusión los que buscan mi mal. 14Mas yo siempre esperaré, y añadiré sobre toda tu alabanza. 15Mi boca publicará tu justicia y tu salud todo el día, aunque no sé el número de ellas. 16Iré en la valentía del Señor DIOS; haré memoria de tu justicia, de la tuya solamente. 17Oh Dios, me enseñaste desde mi juventud y hasta ahora; manifestaré tus maravillas. 18Y aun hasta la vejez y las canas; oh Dios, no me desampares; hasta que denuncie tu brazo a la posteridad; tus valentías a todos los que han de venir. 19Y tu justicia, oh Dios, hasta lo excelso; porque has hecho grandes cosas; Oh Dios, ¿quién como tú? 20Tú, que me has hecho ver muchas angustias y males; volverás y me darás vida, y de los abismos de la tierra volverás a levantarme. 21Aumentarás mi grandeza, y volverás a consolarme. 22Asimismo yo te alabaré con instrumento de salterio, oh Dios mío; tu verdad cantaré yo a ti en el arpa, oh Santo de Israel. 23Mis labios se alegrarán cuando cantare alabanzas a ti; y mi alma, a la cual redimiste. 24Asimismo mi lengua hablará también de tu justicia cada día; por cuanto fueron avergonzados, porque fueron confundidos los que mi mal procuraban.