Salmos capitulo 80
La Biblia de las Américas
1Presta oído, oh Pastor de Israel ; tú que guías a José como un rebaño; tú que estás sentado más alto que los querubines ; ¡resplandece! 2Delante de Efraín, de Benjamín y de Manasés, despierta tu poder y ven a salvarnos. 3Restáuranos, oh Dios, y haz resplandecer tu rostro sobre nosotros, y seremos salvos.
4Oh SEÑOR, Dios de los ejércitos, ¿hasta cuándo estarás airado contra la oración de tu pueblo? 5Les has dado a comer pan de lágrimas, y les has hecho beber lágrimas en gran abundancia. 6Nos haces objeto de contienda para nuestros vecinos, y nuestros enemigos se ríen entre sí. 7Oh Dios de los ejércitos, restáuranos; haz resplandecer tu rostro sobre nosotros, y seremos salvos.
8Tú removiste una vid de Egipto; expulsaste las naciones y la plantaste. 9Limpiaste el terreno delante de ella ; echó profundas raíces y llenó la tierra. 10Los montes fueron cubiertos con su sombra, y los cedros de Dios con sus ramas. 11Extendía sus ramas hasta el mar, y sus renuevos hasta el río. 12¿Por qué has derribado sus vallados, de modo que la vendimian todos los que pasan de camino? 13El puerco montés la devora, y de ella se alimenta todo lo que se mueve en el campo.
14Oh Dios de los ejércitos, vuelve ahora, te rogamos; mira y ve desde el cielo, y cuida esta vid, 15la cepa que tu diestra ha plantado y el vástago que para ti has fortalecido. 16Está quemada con fuego, y cortada; ante el reproche de tu rostro perecen. 17Sea tu mano sobre el hombre de tu diestra, sobre el hijo de hombre que para ti fortaleciste. 18Entonces no nos apartaremos de ti ; avívanos, e invocaremos tu nombre. 19Oh SEÑOR, Dios de los ejércitos, restáuranos; haz resplandecer tu rostro sobre nosotros y seremos salvos.
Nueva Biblia de las Américas
1Presta oído, oh Pastor de Israel; Tú que guías a José como un rebaño; Tú que estás sentado más alto que los querubines; ¡resplandece! 2Delante de Efraín, de Benjamín y de Manasés, despierta Tu poder Y ven a salvarnos. 3Restáuranos, oh Dios, Y haz resplandecer Tu rostro sobre nosotros, y seremos salvos.
4Oh SEÑOR, Dios de los ejércitos, ¿Hasta cuándo estarás enojado contra la oración de Tu pueblo? 5Les has dado a comer pan de lágrimas, Y les has hecho beber lágrimas en gran abundancia. 6Nos haces objeto de burla para nuestros vecinos, Y nuestros enemigos se ríen entre sí. 7Oh Dios de los ejércitos, restáuranos; Haz resplandecer Tu rostro sobre nosotros, y seremos salvos.
8Tú removiste una vid de Egipto; Expulsaste las naciones y plantaste la vid. 9Limpiaste el terreno delante de ella; Echó profundas raíces y llenó la tierra. 10Los montes fueron cubiertos con su sombra, Y los cedros de Dios con sus ramas. 11Extendía sus ramas hasta el mar Y sus renuevos hasta el río. 12¿Por qué has derribado sus vallados, De modo que la vendimian todos los que pasan de camino? 13El puerco montés la devora, Y de ella se alimenta todo lo que se mueve en el campo.
14Oh Dios de los ejércitos, vuelve ahora, Te rogamos; Mira y ve desde el cielo, y cuida esta vid, 15La cepa que Tu diestra ha plantado Y el hijo que para Ti has fortalecido. 16Está quemada con fuego, y cortada; Ante el reproche de Tu rostro perecen. 17Sea Tu mano sobre el hombre de Tu diestra, Sobre el hijo de hombre que para Ti fortaleciste. 18Entonces no nos apartaremos de Ti; Avívanos, e invocaremos Tu nombre. 19Oh SEÑOR, Dios de los ejércitos, restáuranos; Haz resplandecer Tu rostro sobre nosotros y seremos salvos.
Nueva Versión Internacional
1Al director musical. Sígase la tonada de «Los lirios del pacto». Salmo de Asaf. [1] Pastor de Israel, tú que guías a José como a un rebaño, tú que reinas entre los querubines, ¡escúchanos! ¡Resplandece 2delante de Efraín, Benjamín y Manasés! ¡Muestra tu poder, y ven a salvarnos!
4¿Hasta cuándo, SEÑOR, Dios Todopoderoso, arderá tu ira contra las oraciones de tu pueblo? 5Por comida, le has dado pan de lágrimas; por bebida, lágrimas en abundancia. 6Nos has hecho motivo de contienda para nuestros vecinos; nuestros enemigos se burlan de nosotros.
8De Egipto trajiste una vid; expulsaste a los pueblos paganos, y la plantaste. 9Le limpiaste el terreno, y ella echó raíces y llenó la tierra. 10Su sombra se extendía hasta las montañas, su follaje cubría los más altos cedros. 11Sus ramas se extendieron hasta el Mediterráneo y sus renuevos hasta el Éufrates.
12¿Por qué has derribado sus muros? ¡Todos los que pasan le arrancan uvas! 13Los jabalíes del bosque la destruyen, los animales salvajes la devoran. 14¡Vuélvete a nosotros, oh Dios Todopoderoso! ¡Asómate a vernos desde el cielo y brinda tus cuidados a esta vid! 15¡Es la raíz que plantaste con tu diestra! ¡Es el vástago que has criado para ti!
Reina-Valera 1960
1Al músico principal; sobre Lirios. Testimonio. Salmo de Asaf. [1] Oh Pastor de Israel, escucha; Tú que pastoreas como a ovejas a José, Que estás entre querubines, resplandece. 2Despierta tu poder delante de Efraín, de Benjamín y de Manasés, Y ven a salvarnos.
4Jehová, Dios de los ejércitos, ¿Hasta cuándo mostrarás tu indignación contra la oración de tu pueblo? 5Les diste a comer pan de lágrimas, Y a beber lágrimas en gran abundancia. 6Nos pusiste por escarnio a nuestros vecinos, Y nuestros enemigos se burlan entre sí.
8Hiciste venir una vid de Egipto; Echaste las naciones, y la plantaste. 9Limpiaste sitio delante de ella, E hiciste arraigar sus raíces, y llenó la tierra. 10Los montes fueron cubiertos de su sombra, Y con sus sarmientos los cedros de Dios. 11Extendió sus vástagos hasta el mar, Y hasta el río sus renuevos. 12¿Por qué aportillaste sus vallados, Y la vendimian todos los que pasan por el camino? 13La destroza el puerco montés, Y la bestia del campo la devora.
14Oh Dios de los ejércitos, vuelve ahora; Mira desde el cielo, y considera, y visita esta viña, 15La planta que plantó tu diestra, Y el renuevo que para ti afirmaste. 16Quemada a fuego está, asolada; Perezcan por la reprensión de tu rostro. 17Sea tu mano sobre el varón de tu diestra, Sobre el hijo de hombre que para ti afirmaste. 18Así no nos apartaremos de ti; Vida nos darás, e invocaremos tu nombre. 19¡Oh Jehová, Dios de los ejércitos, restáuranos! Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.
Biblia del Jubileo
1Al Vencedor: sobre Sosanim: testimonio de Asaf: Salmo. Oh Pastor de Israel, escucha; tú que pastoreas como a ovejas a José, que estás entre querubines, resplandece. 2Despierta tu valentía delante de Efraín, y de Benjamín, y de Manasés, y ven a salvarnos. 3Oh Dios, haznos tornar; y haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos. 4SEÑOR, Dios de los ejércitos, ¿Hasta cuándo humearás tú contra la oración de tu pueblo? 5Les diste a comer pan de lágrimas, y les diste a beber lágrimas con medida. 6Nos pusiste por contienda a nuestros vecinos; y nuestros enemigos se burlan de nosotros entre sí. 7Oh Dios de los ejércitos, haznos tornar; y haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos. 8Hiciste venir una vid desde Egipto; echaste los gentiles, y la plantaste. 9Limpiaste sitio delante de ella, e hiciste arraigar sus raíces, y llenó la tierra. 10Los montes fueron cubiertos de su sombra; y sus ramas como cedros de Dios. 11Envió sus ramas hasta el mar, y hasta el río sus renuevos. 12¿Por qué aportillaste sus vallados, y la vendimian todos los que pasan por el camino? 13La estropeó el puerco montés, y la pació la bestia del campo. 14Oh Dios de los ejércitos, vuelve ahora; mira desde el cielo, y ve, y visita esta vid, 15y la viña que tu diestra plantó, y sobre el renuevo que corroboraste para ti. 16Quemada a fuego está, y talada; perezcan por la reprensión de tu rostro. 17Sea tu mano sobre el varón de tu diestra, sobre el hijo del hombre que corroboraste para ti. 18Así no nos volveremos de ti; nos darás vida, e invocaremos tu Nombre. 19Oh SEÑOR, Dios de los ejércitos, haznos tornar; haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.