Salmos capitulo 86
La Biblia de las Américas
1Inclina, oh SEÑOR, tu oído y respóndeme, porque estoy afligido y necesitado. 2Guarda mi alma, pues soy piadoso ; tú eres mi Dios; salva a tu siervo que en ti confía. 3Ten piedad de mí, oh Señor, porque a ti clamo todo el día. 4Alegra el alma de tu siervo, porque a ti, oh Señor, elevo mi alma. 5Pues tú, Señor, eres bueno y perdonador, abundante en misericordia para con todos los que te invocan. 6Escucha, oh SEÑOR, mi oración, y atiende a la voz de mis súplicas. 7En el día de la angustia te invocaré, porque tú me responderás. 8No hay nadie como tú entre los dioses, oh Señor, ni hay obras como las tuyas. 9Todas las naciones que tú has hecho vendrán y adorarán delante de ti, Señor, y glorificarán tu nombre. 10Porque tú eres grande y haces maravillas ; sólo tú eres Dios.
11Enséñame, oh SEÑOR, tu camino ; andaré en tu verdad; unifica mi corazón para que tema tu nombre. 12Te daré gracias, Señor mi Dios, con todo mi corazón, y glorificaré tu nombre para siempre. 13Porque grande es tu misericordia para conmigo, y has librado mi alma de las profundidades del Seol.
14Oh Dios, los arrogantes se han levantado contra mí, y una banda de violentos ha buscado mi vida, y no te han tenido en cuenta. 15Mas tú, Señor, eres un Dios compasivo y lleno de piedad, lento para la ira y abundante en misericordia y fidelidad. 16Vuélvete hacia mí, y tenme piedad ; da tu poder a tu siervo, y salva al hijo de tu sierva. 17Muéstrame una señal de bondad, para que la vean los que me aborrecen y se avergüencen, porque tú, oh SEÑOR, me has ayudado y consolado.
Nueva Biblia de las Américas
1Inclina, oh SEÑOR, Tu oído y respóndeme, Porque estoy afligido y necesitado. 2Guarda mi alma, pues soy piadoso; Tú eres mi Dios; salva a Tu siervo que en Ti confía. 3Ten piedad de mí, oh Señor, Porque a Ti clamo todo el día. 4Alegra el alma de Tu siervo, Porque a Ti, oh Señor, elevo mi alma. 5Pues Tú, Señor, eres bueno y perdonador, Abundante en misericordia para con todos los que Te invocan. 6Escucha, oh SEÑOR, mi oración, Y atiende a la voz de mis súplicas. 7En el día de la angustia Te invocaré, Porque Tú me responderás. 8No hay nadie como Tú entre los dioses, oh Señor, Ni hay obras como las Tuyas. 9Todas las naciones que Tú has hecho vendrán y adorarán delante de Ti, Señor, Y glorificarán Tu nombre. 10Porque Tú eres grande y haces maravillas; Sólo Tú eres Dios.
11Enséñame, oh SEÑOR, Tu camino; Andaré en Tu verdad; Unifica mi corazón para que tema Tu nombre. 12Te daré gracias, Señor mi Dios, con todo mi corazón, Y glorificaré Tu nombre para siempre. 13Porque grande es Tu misericordia para conmigo, Y has librado mi alma de las profundidades del Seol.
14Oh Dios, los arrogantes se han levantado contra mí, Y una banda de violentos ha buscado mi vida, Y no Te han tenido en cuenta. 15Pero Tú, Señor, eres un Dios compasivo y lleno de piedad, Lento para la ira y abundante en misericordia y fidelidad. 16Vuélvete hacia mí, y tenme piedad; Da Tu poder a Tu siervo, Y salva al hijo de Tu sierva. 17Muéstrame una señal de bondad, Para que la vean los que me aborrecen y se avergüencen, Porque Tú, oh SEÑOR, me has ayudado y consolado.
Nueva Versión Internacional
1Oración de David. [1] Atiéndeme, SEÑOR; respóndeme, pues pobre soy y estoy necesitado. 2Presérvame la vida, pues te soy fiel. Tú eres mi Dios, y en ti confío; ¡salva a tu siervo! 3Compadécete, Señor, de mí, porque a ti clamo todo el día. 4Reconforta el espíritu de tu siervo, porque a ti, Señor, elevo mi alma.
5Tú, Señor, eres bueno y perdonador; grande es tu amor por todos los que te invocan. 6Presta oído, SEÑOR, a mi oración; atiende a la voz de mi clamor. 7En el día de mi angustia te invoco, porque tú me respondes.
8No hay, Señor, entre los dioses otro como tú, ni hay obras semejantes a las tuyas. 9Todas las naciones que has creado vendrán, Señor, y ante ti se postrarán y glorificarán tu nombre. 10Porque tú eres grande y haces maravillas; ¡solo tú eres Dios!
11Instrúyeme, SEÑOR, en tu camino para conducirme con fidelidad. Dame integridad de corazón para temer tu nombre. 12Señor mi Dios, con todo el corazón te alabaré, y por siempre glorificaré tu nombre. 13Porque grande es tu amor por mí: me has librado de caer en el sepulcro.
14Gente altanera me ataca, oh Dios; una banda de asesinos procura matarme. ¡Son gente que no te toma en cuenta! 15Pero tú, Señor, eres Dios clemente y compasivo, lento para la ira, y grande en amor y verdad. 16Vuélvete hacia mí, y tenme compasión; concédele tu fuerza a este siervo tuyo. ¡Salva a tu hijo fiel! 17Dame una muestra de tu amor, para que mis enemigos la vean y se avergüencen, porque tú, SEÑOR, me has brindado ayuda y consuelo.
Reina-Valera 1960
1Oración de David. [1] Inclina, oh Jehová, tu oído, y escúchame, Porque estoy afligido y menesteroso. 2Guarda mi alma, porque soy piadoso; Salva tú, oh Dios mío, a tu siervo que en ti confía. 3Ten misericordia de mí, oh Jehová; Porque a ti clamo todo el día. 4Alegra el alma de tu siervo, Porque a ti, oh Señor, levanto mi alma. 5Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, Y grande en misericordia para con todos los que te invocan. 6Escucha, oh Jehová, mi oración, Y está atento a la voz de mis ruegos. 7En el día de mi angustia te llamaré, Porque tú me respondes.
8Oh Señor, ninguno hay como tú entre los dioses, Ni obras que igualen tus obras. 9Todas las naciones que hiciste vendrán y adorarán delante de ti, Señor, Y glorificarán tu nombre. 10Porque tú eres grande, y hacedor de maravillas; Sólo tú eres Dios. 11Enséñame, oh Jehová, tu camino; caminaré yo en tu verdad; Afirma mi corazón para que tema tu nombre. 12Te alabaré, oh Jehová Dios mío, con todo mi corazón, Y glorificaré tu nombre para siempre. 13Porque tu misericordia es grande para conmigo, Y has librado mi alma de las profundidades del Seol.
14Oh Dios, los soberbios se levantaron contra mí, Y conspiración de violentos ha buscado mi vida, Y no te pusieron delante de sí. 15Mas tú, Señor, Dios misericordioso y clemente, Lento para la ira, y grande en misericordia y verdad, 16Mírame, y ten misericordia de mí; Da tu poder a tu siervo, Y guarda al hijo de tu sierva. 17Haz conmigo señal para bien, Y véanla los que me aborrecen, y sean avergonzados; Porque tú, Jehová, me ayudaste y me consolaste.
Biblia del Jubileo
1Oración de David. Inclina, oh SEÑOR, tu oído, y óyeme; porque estoy pobre y menesteroso. 2Guarda mi alma, porque soy misericordioso; salva tú, oh Dios mío, a tu siervo que en ti confía. 3Ten misericordia de mí, oh SEÑOR; porque a ti clamo cada día. 4Alegra el alma de tu siervo; porque a ti, oh Señor, levanto mi alma. 5Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, y grande en misericordia para con todos los que te invocan. 6Escucha, oh SEÑOR, mi oración, y está atento a la voz de mis ruegos. 7En el día de mi angustia te llamaré; porque tú me respondes. 8Oh Señor, ninguno hay como tú entre los dioses, ni hay otro que haga tus obras. 9Todos los gentiles que hiciste vendrán y se humillarán delante de ti, Señor; y glorificarán tu Nombre. 10Porque tú eres grande, y hacedor de maravillas; tú solo eres Dios. 11Enséñame, oh SEÑOR, tu camino; caminaré yo en tu verdad; afirma mi corazón para que tema tu nombre. 12Te alabaré, oh SEÑOR Dios mío, con todo mi corazón; y glorificaré tu Nombre para siempre. 13Porque tu misericordia es grande sobre mí; y has librado mi alma del hoyo profundo. 14Oh Dios, soberbios se levantaron contra mí, y conspiración de fuertes ha buscado mi alma, y no te pusieron delante de sí. 15Mas tú, Señor, Dios misericordioso y clemente, lento para la ira, y grande en misericordia y verdad; 16mira en mi, y ten misericordia de mí; da fortaleza tuya a tu siervo, y guarda al hijo de tu sierva. 17Haz conmigo señal para bien, y véanla los que me aborrecen, y sean avergonzados; porque tú, SEÑOR, me ayudaste, y me consolaste.