Salmos capitulo 90
La Biblia de las Américas
1 Señor, tú has sido un refugio para nosotros de generación en generación. 2Antes que los montes fueran engendrados, y nacieran la tierra y el mundo, desde la eternidad y hasta la eternidad, tú eres Dios.
3Haces que el hombre vuelva a ser polvo, y dices: Volved, hijos de los hombres. 4Porque mil años ante tus ojos son como el día de ayer que ya pasó, y como una vigilia de la noche. 5Tú los has barrido como un torrente, son como un sueño ; son como la hierba que por la mañana reverdece ; 6por la mañana florece y reverdece; al atardecer se marchita y se seca.
7Porque hemos sido consumidos con tu ira, y por tu furor hemos sido conturbados. 8Has puesto nuestras iniquidades delante de ti, nuestros pecados secretos a la luz de tu presencia. 9Porque por tu furor han declinado todos nuestros días ; acabamos nuestros años como un suspiro. 10Los días de nuestra vida llegan a setenta años; y en caso de mayor vigor, a ochenta años. Con todo, su orgullo es sólo trabajo y pesar, porque pronto pasa, y volamos. 11¿Quién conoce el poder de tu ira, y tu furor conforme al temor que se te debe ? 12Enséñanos a contar de tal modo nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría.
13Vuelve, SEÑOR; ¿hasta cuándo ? y compadécete de tus siervos. 14Sácianos por la mañana con tu misericordia, y cantaremos con gozo y nos alegraremos todos nuestros días. 15Alégranos conforme a los días que nos afligiste, y a los años en que vimos adversidad. 16Manifiéstese tu obra a tus siervos, y tu majestad a sus hijos, 17y sea la gracia del Señor nuestro Dios sobre nosotros. Confirma, pues, sobre nosotros la obra de nuestras manos ; sí, la obra de nuestras manos confirma.
Nueva Biblia de las Américas
1 Señor, Tú has sido un refugio para nosotros De generación en generación. 2Antes que los montes fueran engendrados, Y nacieran la tierra y el mundo, Desde la eternidad y hasta la eternidad, Tú eres Dios.
3Haces que el hombre vuelva a ser polvo, Y dices: “Vuelvan, hijos de los hombres.” 4Porque mil años ante Tus ojos Son como el día de ayer que ya pasó, Y como una vigilia de la noche. 5Tú los has barrido como un torrente, son como un sueño; Son como la hierba que por la mañana reverdece; 6Por la mañana florece y reverdece; Al atardecer se marchita y se seca.
7Porque hemos sido consumidos con Tu ira, Y por Tu furor hemos sido conturbados. 8Has puesto nuestras iniquidades delante de Ti, Nuestros pecados secretos a la luz de Tu presencia. 9Porque por Tu furor han declinado todos nuestros días; Acabamos nuestros años como un suspiro. 10Los días de nuestra vida llegan a setenta años; Y en caso de mayor vigor, a ochenta años. Con todo, su orgullo es sólo trabajo y pesar, Porque pronto pasa, y volamos. 11¿Quién conoce el poder de Tu ira, Y Tu furor conforme al temor (a la reverencia) que se debe a Ti? 12Enséñanos a contar de tal modo nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría.
13Vuelve, SEÑOR; ¿hasta cuándo? Y compadécete de Tus siervos. 14Sácianos por la mañana con Tu misericordia, Y cantaremos con gozo y nos alegraremos todos nuestros días. 15Alégranos conforme a los días que nos afligiste, Y a los años en que vimos adversidad. 16Sea manifestada Tu obra a Tus siervos, Y Tu majestad a sus hijos, 17Y sea la gracia del Señor nuestro Dios sobre nosotros. Confirma, pues, sobre nosotros la obra de nuestras manos; Sí, la obra de nuestras manos confirma.
Nueva Versión Internacional
1Oración de Moisés, hombre de Dios. [1] Señor, tú has sido nuestro refugio generación tras generación. 2Desde antes que nacieran los montes y que crearas la tierra y el mundo, desde los tiempos antiguos y hasta los tiempos postreros, tú eres Dios.
3Tú haces que los hombres vuelvan al polvo, cuando dices: «¡Vuélvanse al polvo, mortales!» 4Mil años, para ti, son como el día de ayer, que ya pasó; son como unas cuantas horas de la noche. 5Arrasas a los mortales. Son como un sueño. Nacen por la mañana, como la hierba 6que al amanecer brota lozana y por la noche ya está marchita y seca.
7Tu ira en verdad nos consume, tu indignación nos aterra. 8Ante ti has puesto nuestras iniquidades; a la luz de tu presencia, nuestros pecados secretos. 9Por causa de tu ira se nos va la vida entera; se esfuman nuestros años como un suspiro. 10Algunos llegamos hasta los setenta años, quizás alcancemos hasta los ochenta, si las fuerzas nos acompañan. Tantos años de vida, sin embargo, solo traen pesadas cargas y calamidades: pronto pasan, y con ellos pasamos nosotros.
11¿Quién puede comprender el furor de tu enojo? ¡Tu ira es tan grande como el temor que se te debe! 12Enséñanos a contar bien nuestros días, para que nuestro corazón adquiera sabiduría.
13¿Cuándo, SEÑOR, te volverás hacia nosotros? ¡Compadécete ya de tus siervos! 14Sácianos de tu amor por la mañana, y toda nuestra vida cantaremos de alegría. 15Días y años nos has afligido, nos has hecho sufrir; ¡devuélvenos ahora ese tiempo en alegría! 16¡Sean manifiestas tus obras a tus siervos, y tu esplendor a sus descendientes!
Reina-Valera 1960
1Oración de Moisés, varón de Dios. [1] Señor, tú nos has sido refugio De generación en generación. 2Antes que naciesen los montes Y formases la tierra y el mundo, Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.
3Vuelves al hombre hasta ser quebrantado, Y dices: Convertíos, hijos de los hombres. 4Porque mil años delante de tus ojos Son como el día de ayer, que pasó, Y como una de las vigilias de la noche.
5Los arrebatas como con torrente de aguas; son como sueño, Como la hierba que crece en la mañana. 6En la mañana florece y crece; A la tarde es cortada, y se seca.
7Porque con tu furor somos consumidos, Y con tu ira somos turbados. 8Pusiste nuestras maldades delante de ti, Nuestros yerros a la luz de tu rostro.
9Porque todos nuestros días declinan a causa de tu ira; Acabamos nuestros años como un pensamiento. 10Los días de nuestra edad son setenta años; Y si en los más robustos son ochenta años, Con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, Porque pronto pasan, y volamos.
11¿Quién conoce el poder de tu ira, Y tu indignación según que debes ser temido? 12Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría.
13Vuélvete, oh Jehová; ¿hasta cuándo? Y aplácate para con tus siervos. 14De mañana sácianos de tu misericordia, Y cantaremos y nos alegraremos todos nuestros días. 15Alégranos conforme a los días que nos afligiste, Y los años en que vimos el mal. 16Aparezca en tus siervos tu obra, Y tu gloria sobre sus hijos. 17Sea la luz de Jehová nuestro Dios sobre nosotros, Y la obra de nuestras manos confirma sobre nosotros; Sí, la obra de nuestras manos confirma.
Biblia del Jubileo
1Oración de Moisés Varón de Dios. Señor, tú nos has sido refugio en generación y en generación. 2Antes que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo, y desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios. 3Vuelves al hombre hasta ser quebrantado, y dices: Convertíos, hijos de los hombres. 4Porque mil años delante de tus ojos, son como el día de ayer, que pasó, y como la vela de la noche. 5Los haces pasar como avenida de aguas; son como sueño; a la mañana está fuerte como la yerba, 6que a la mañana florece, y crece; a la tarde es cortada, y se seca. 7Porque con tu furor somos consumidos, y con tu ira somos conturbados. 8Pusiste nuestras maldades delante de ti, nuestros yerros a la lumbre de tu rostro. 9Porque todos nuestros días declinan a causa de tu ira; acabamos nuestros años según la palabra. 10Los días de nuestra edad son setenta años; y de los más valientes, ochenta años, y su fortaleza es molestia y trabajo; porque es cortado presto, y volamos. 11¿Quién conoce la fortaleza de tu ira? Que tu ira no es menor que nuestro temor. 12Para contar nuestros días haznos saber así, y traeremos al corazón sabiduría. 13Vuélvete a nosotros, oh SEÑOR: ¿hasta cuándo? Y aplácate para con tus siervos. 14Sácianos de mañana de tu misericordia; y cantaremos, y nos alegraremos todos nuestros días. 15Alégranos conforme a los días que nos afligiste, y los años en que vimos el mal. 16Aparezca en tus siervos tu obra, y tu gloria sobre sus hijos. 17Y sea la hermosura del SEÑOR nuestro Dios sobre nosotros; y enderezca sobre nosotros la obra de nuestras manos, la obra de nuestras manos enderezca.