¿Qué significa Génesis 30:16?

Toda esta situación surgió debido a la competición que había entre estas dos hermanas para ver quien tendría más hijos. Lea había concebido cuatro hijos propios (Génesis 29:31–35), y dos más a través de su sierva Zilpa (Génesis 30:9–13). Raquel, por su parte, era estéril, pero había tenido dos hijos a través de su sierva Bilá (Génesis 30:1–3). Raquel tenía claramente el control sobre esta inusual familia, (una familia que seguía creciendo sin parar), y muy bien pudo haber convencido a Jacob de que dejara de dormir con Lea (Génesis 29:35; 30:15). Ahora, a cambio de algunas de las plantas de mandrágora que el hijo de Lea había encontrado, las cuales se creían que eran beneficiosas para las mujeres infértiles, Raquel ha aceptado permitir que su esposo mutuo, Jacob, pasara una noche con Lea (Génesis 30:14).

Ahora Lea reclama lo que había "alquilado". Ella le dice a Jacob que él le pertenecía esa noche. Ella lo había "alquilado". En realidad, no se nos da ningún detalle sobre la respuesta que Jacob pudo haberle dado, pero aceptó volver a casa con Lea y dormir con ella. Tal y como suele hacerlo a menudo, Jacob parece ser un mero espectador a través de la historia de su propia vida, sometiéndose a la voluntad de las personalidades más fuertes que lo rodeaban.

Aún así, Dios usó todas las personalidades de esta complicada y desordenada familia para continuar cumpliendo el plan que había dispuesto para Jacob y para Israel. Las bendiciones de Dios no dependían de la aparente dignidad de aquellos a quienes Él se las estaba ofreciendo. Dios cumple misericordiosamente Sus promesas en todas las circunstancias.