Capítulo
Verso

Génesis 4:7

LBLA Si haces bien, ¿no serás aceptado? Y si no haces bien, el pecado yace a la puerta y te codicia, pero tú debes dominarlo.
NBLA Si haces bien, ¿no serás aceptado? Pero si no haces bien, el pecado yace a la puerta y te codicia, pero tú debes dominarlo.”
NVI Si hicieras lo bueno, podrías andar con la frente en alto. Pero, si haces lo malo, el pecado te acecha, como una fiera lista para atraparte. No obstante, tú puedes dominarlo».
RV1960 Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él.
JBS Cierto que si bien hicieres, será acepto; y si no hicieres bien, a las puertas duerme el pecado, y a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él.

¿Qué significa Génesis 4:7?

En el versículo anterior, Dios le preguntó a Caín por qué sintió tanta ira cuando Dios rechazó su ofrenda. Dios le había mostrado favor a su hermano Abel y su ofrenda, lo que parece haber enfurecido al hijo primogénito de Adán y Eva. Dios ahora le da una sabia advertencia a Caín. Caín no le hará caso, y esto también es una advertencia para todos nosotros.

Dios le pide a Caín que ajuste su comprensión de lo que es bueno a la comprensión que Dios tiene sobre la bondad. Si a Caín le va bien según el estándar de Dios, Dios lo aceptará. En otras palabras, no hay razón para que Caín se enoje por el rechazo de Dios. La cura para ese rechazo es la obediencia: si Caín hace lo correcto, Dios lo aceptará.

Por otro lado, si Caín insiste en establecer sus propias normas para lo que es aceptable, el pecado "está listo para dominarte". Esa frase poética captura la naturaleza intrínseca de nuestra rebelión contra Dios. El pecado desea poseernos, y el hecho de negarnos a dejar que Dios establezca el estándar de lo que es bueno y lo que es malo en nuestras vidas es una vía rápida que nos lleva hacia el pecado.

Dios reconoce la realidad de la naturaleza humana: estamos enfrascados en una batalla contra el deseo que el pecado tiene por nosotros (o nuestro deseo de pecar). Dios le dice a Caín que él es el responsable de ganar esa batalla, y tener dominio sobre su pecado. Los términos hebreos que se usan en este versículo son exactamente los mismos que se le dijeron a Eva en Génesis 3:16; vienen de la raíz de las palabras tashuwqah, que se traduce "deseo" y mashal, "dominar". A pesar del "deseo" del pecado para controlarlo, Caín debe "dominar" sus tentaciones y no ceder ante ellas.
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