¿Qué significa Marcos capitulo 7?
El capítulo 7 de Marcos incluye relatos de enseñanzas, debates y milagros. En todas estas historias, Jesús enfatiza la importancia de los estándares morales de Dios por encima de la tradición del hombre, preparando el camino para la cultura de la iglesia, la cual vivirá creyendo que Jesús ha cumplido la Ley. La secuencia de Marcos 6:31–7:37 tiene un ligero paralelismo con Marcos 8:1–30, donde se menciona el hecho de alimentar a una multitud, cruzar el mar, tratar con los fariseos, enseñar sobre el pan, la curación y una confesión de Jesús acerca de que él es el Mesías.Los escribas de Jerusalén se unen una vez más a los fariseos locales para debatir con Jesús (Marcos 3:22), y atacan a los discípulos, quienes no siguen la tradición de lavarse las manos antes de comer. Jesús responde con palabras fuertes, señalando que su tradición humana no es tan sagrada como ellos insisten que realmente es; incluso pueden usar sus estándares extra-bíblicos para negarse a cuidar a sus padres ancianos y parecer buenas personas mientras lo hacen.
Jesús luego le da a la gente una lección de ética, y les muestra exactamente por qué los fariseos están equivocados. Dios les dio a Moisés y a los israelitas leyes ceremoniales como una señal de que su cultura estaba muy alejada de la de las naciones paganas con las que interactuaban. También les dio leyes morales para distinguir entre el bien del mal y leyes civiles para hacer cumplir las leyes ceremoniales, leyes morales y hacer cumplir el orden general. Si bien estas leyes no se agrupan explícitamente como civiles, morales o ceremoniales, el contexto nos da una gran comprensión de cuáles representan preocupaciones terrenales y cuáles son expresiones del carácter de Dios. Dios nunca quiso que la gente honrara el aspecto ceremonial más que el principio moral detrás de cada ceremonia. Dios nunca tuvo la intención de que los líderes religiosos añadieran más leyes y usaran la ley ceremonial como justificación para descuidar la ley moral; y ciertamente Dios nunca tuvo la intención de que los líderes religiosos añadieran tradiciones que colocaran una pesada carga sobre la gente (Marcos 7:1–23).
La historia de la mujer sirofenicia es un tema que genera mucho debate, pero cuando se ve en el contexto del capítulo, tiene más sentido. Los fariseos valoran las tradiciones de lavarse y mantener un juramento a toda costa. Todos los judíos devotos valoran la tradición de evitar a los gentiles. Incluso el ministerio de Jesús en general está diseñado para alcanzar a los judíos y dejar el alcance de los gentiles para Pablo y los primeros miembros de la iglesia. El evangelio está destinado para los judíos primero. Sin embargo, cuando se enfrenta a una mujer gentil con una gran necesidad, Jesús renuncia a la tradición y realiza el acto moral de conceder su petición. La controversia de la historia surge a través de la forma en que se escenifica la interacción. Lo que algunos eruditos ven como algo desdeñoso e insultante también puede interpretarse como una astuta revelación de fe que los discípulos no pueden entender (Marcos 7:24–30). Después de enseñarles a los discípulos que el mandato de evitar a los gentiles va a desaparecer, Jesús viaja a través de las regiones gentiles de Tiro y Sidón, luego gira hacia el este y vuelve a entrar en Decápolis. El testimonio del hombre liberado de una legión de demonios ha cumplido su función y la gente está mucho más dispuesta y abierta a estar con él, y le traen un hombre sordo y mudo a quien acaba sanando (Marcos 7:31–37).
Jesús comenzó el debate de "tradición contra argumento moral" con los fariseos al principio de su ministerio cuando defendió a Sus discípulos mientras recogían espigas durante el sábado. Es interesante notar que las tradiciones que los fariseos valoran sirven para hacer que se luzcan más que para adorar a Dios. En la actualidad, seguimos discutiendo sobre la tradición, por ejemplo, cómo debe vestirse un pastor, qué canciones debemos cantar, qué instrumentos debemos usar, si debemos celebrar la Navidad… Normalmente nos olvidamos de que la tradición es simplemente una herramienta opcional diseñada para dirigirnos hacia Dios. La tradición nunca tiene la intención de reemplazar la obediencia a la ley de Dios para amarlo a él y a los demás. Cuando lo hace, se convierte en un ídolo.